Hace 14 años dejó su natal Pedro Carbo, cantón del Guayas, para radicarse en Guayaquil. Vino en busca de un mejor futuro para su familia. Se instaló en la ciudadela Las Orquídeas, en el norte. Vendía snacks y otros productos. Luego puso una panadería y posteriormente abrió una tienda de abarrotes, donde hizo un espacio, en la vereda, para vender cárnicos.

Desde ahí y con su machete o cuchillo defendía a quienes eran víctima de la delincuencia en la mz. 1053 de Las Orquídeas, contaron sus vecinos.

La noche del viernes pasado quiso defender a sus hijas, de 20 y de año siete meses, y a su esposa, a quienes un sujeto habría atacado quitándole a una el teléfono celular mientras estaba sentada en un escalón de ingreso a la casa.

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El desconocido disparó al piso, casi a los pies de ellas, y entró a la tienda, según testigos. Ahí, Walter Venegas Magallanes, de 46 años, reaccionó y recibió un tiro en un brazo.

Herido, el tendero salió detrás del delincuente, al que le dio con su machete en la cabeza y en el brazo. Pero el antisocial abrió fuego en contra de Venegas, quien se desplomó en la mitad de la vía, donde murió, relataron familiares.

La Policía detuvo al agresor, que se movilizaba en una moto. Los supuestos cómplices del sujeto, en cambio, estaban en un carro, a pocos metros de la tienda. Luego, la Policía los capturó. Fueron tres los detenidos, jóvenes de edad, dijeron parientes del fallecido.

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“Qué hagan justicia”, le habría alcanzado a decir Venegas a su esposa antes de cerrar los ojos. El suceso ocurrió alrededor de las 19:30 del viernes, contaron los testigos y familiares.

Sus vecinos no podían creer ayer lo ocurrido. Ahí recordaron que en otra ocasión Venegas reconoció a uno de los ladrones que robó unas botellas de licor en su tienda. También destacaron que él, con su machete o cuchillo, ayudaba a espantar a los antisociales.

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“Era una persona trabajadora, una bella persona, honesta y luchadora (...) Él siempre defendía a la gente de los delincuentes”, dijo Santo Rodríguez, de 55 años, un vecino, a quien hace dos semanas le robaron la batería de su carro, mientras estaba en el interior de su casa, en la cdla. Las Orquídeas.

Moradores del sector contaron que los robos en diferentes manzanas de Las Orquídeas se dan a diario, pese a los patrullajes de la Policía.

“Ellos (delincuentes) están pendientes de por dónde anda la Policía. Mientras los patrulleros van por una cuadra, ellos roban por la otra. O lo hacen después de que pasa el patrullero”, dijo una habitante.

En las esquinas, al bajarse de los buses, en vías principales, secundarias o peatonales, en el día o en la noche, las víctimas son abordadas por delincuentes que se movilizan en motos y también en carros, afirmaron los habitantes.

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Son carros que se estacionan a esperar a sus víctimas, mientras las motocicletas rondan el lugar y también las abordan. Celulares, carteras, dinero y joyas son parte de los bienes que les quitan a los transeúntes.

Rejas en puertas y ventanas de comercios y en viviendas son parte de las medidas de seguridad que desde hace años han implementado los habitantes de Las Orquídeas. Otros incluyen cercos eléctricos y avisos de que sus casas son filmadas o que tienen instalados botones de pánico y que son zonas protegidas por la Policía.

“Aquí esto se dañó desde que pusieron esos puentes (pasos peatonales) en el canal (que divide a Las Orquídeas con Mucho Lote). Los ladrones vienen de otro lado. A las 17:30 ya no se puede andar con calma, por los ladrones”, sostuvo una habitante de Las Orquídeas.

Pero los robos no solo se dan en esta ciudadela. También se cometen en Mucho Lote, un plan habitacional municipal, donde algunas de sus etapas están separadas de Las Orquídeas por un canal, sobre el que hay pasos peatonales metálicos, que también son utilizados por motorizados o bicicletas.

Comercios y casas también están con rejas. “Aquí roban en el día y en la noche”, contó un comerciante. Otros dijeron que optan por pagarle a guardias para que les cuiden sus bienes, pese a que reconocieron que sí hay rondas policiales. (I)

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Disparos habrían oído familiares y vecinos de Walter Venegas, quien murió al defender a su familia de un robo.