La crisis política y económica en Venezuela está en la mira de los 22 países asistentes a la XXV Cumbre Iberoamericana que arrancó ayer en Cartagena, Colombia, donde el mandatario Nicolás Maduro tenía previsto arribar hoy para el encuentro de presidentes.

El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, dijo a su arribo a Cartagena que ve “con mucho optimismo a esta cumbre”, entre otras cosas, porque se va a dar la oportunidad de tratar “los temas del vecino país, Venezuela”.

Kuczynski, que había anunciado que aprovecharía la reunión para insistir en la activación de la Carta Democrática de la OEA al gobierno venezolano –algo que podría acarrear sanciones contra la nación caribeña–, añadió que pedirá a los países de la región desplegar un operativo de ayuda humanitaria a dicho país, ante la escasez de alimentos y medicinas.

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Además de la iniciativa peruana, se había anunciado una reunión del Mercosur –constituido por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela– en un aparte de los debates sobre juventud y emprendimiento, temas centrales de la cumbre, para hablar sobre la creciente tensión entre el gobierno de Maduro y la oposición.