Llevando en la mano fotografías suyas captadas en 2015 en una noria de Chicago, Estados Unidos, María Elena Triguero se embarcó ayer en la cabina número 7 de la rueda La Perla, que se estrenó el martes en la explanada del extremo norte del malecón Simón Bolívar.

La mujer estaba emocionada y contagió con su alegría a Petita Nivela y Maribel Mosquera, sus compañeras de góndola.

Desde las 09:00, en la boletería se vendieron los tiquetes para los recorridos de 12 minutos en la noria, que tiene una altura de 57 metros.

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Medio centenar de personas (turistas locales y extranjeros) hicieron fila después de adquirir boletos hasta las 10:00, cuando la noria empezó a operar.

“Es lindo, la altura no se siente mucho, es espectacular el paisaje que se ve desde arriba”, comentó la mujer.

Miguel Ontaneda y su esposa, Gina Villavicencio, llegaron a la ciudad desde Quito atraídos por la noria y después de la experiencia dijeron que el viaje había valido la pena.

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“Es increíble. Se ve el cerro Santa Ana, el puente de la isla Santay, el río Guayas, es una vista espectacular, no sentí miedo. Claro que repetiría la experiencia”, señaló el visitante.

Según la empresa Reprolimit que opera La Perla, este atractivo es el más grande de Sudamérica. En Brasil y Argentina hay norias de menor tamaño y de tipo itinerante.

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De domingos a jueves la venta de boletos será entre las 09:00 y 22:00. Los viernes y sábados los tiques serán distribuidos en horario de 09:00 a 24:00. Y todos los días la noria empezará a funcionar a las 10:00.

Próximamente los boletos también podrán ser adquiridos a través de la web www.laperladeguayaquil.com. (I)