La creación de la actual Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), tres décadas como catedrático de Medicina en la U. Católica de Guayaquil y haber atendido por más de medio siglo a decenas de miles de pacientes como médico cirujano, son parte de los mayores logros en la vida de José Baquerizo Maldonado.

Él médico cirujano, que también fue diputado y embajador del país entre los años 50 y 70, hoy es homenajeado por un grupo de ciudadanos, entre esos expresidentes, ministros y directores de universidades, en el Club de la Unión.

De ese reconocimiento, Baquerizo se emociona. “Dentro de esos trabajos he cumplido diría yo hasta donde mis fuerzas me lo han permitido serviendo al público, a mis conciudadanos y a la gente cercana a mí. Dios me dio un reto para ofrecerles una ayuda”, dice el doctor.

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Actualmente es profesor emérito y asesor de cirugía en el hospital Luis Vernaza. A esta casa de salud ingresó en los años 50.

A sus 90 años, el doctor descendiente del expresidente Alfredo Baquerizo Moreno, mantiene intacta su labor de servicio. Recuerda que en sus inicios en el Vernaza atendió a un preso que llegó con una puñalada en el corazón, debió suturarle y fue tal el éxito que a los ocho días de vuelta el reclusorio se fugó, cuenta. “Operé los casos más extraordinarios, a tal extremo que no los he vuelto a ver”, dice el padre de ocho hijos (3 varones y 5 hijas) que ha colaborado en Solca.

Desde el Ministerio de Educación (1957-1959), a más de inaugurar decenas de escuelas en todo el país, ideó la creación de la Espol, en el año 57 motivado por el inicio de la explotación de recursos naturales.

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El abuelo de 32 nietos y 26 bisnietos añora el “perfume de la tierra” en su hacienda en la vía Durán-Boliche, donde sembraba cacao, banano, arroz, girasoles y actualmente caña de azúcar, labor que siguen sus hijos.

El campo ha sido su aliciente ahora que está alejado de los quirófanos. Amante de leer la actualidad médica y compartir en su casa en el Barrio del Centenario, Baquerizo escribe sus memorias. Allí cuenta su aporte en la legislatura, como embajador en España y Liga Ecuatoriana Antituberculosa (LEA).

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Hoy, toda su experiencia la comparte con los jóvenes médicos, de los que espera que se involucren más en el servicio.

Su nieto Sergio Baquerizo, en medio de la entrevista, lo califica como “cariñoso y diplomático”, que encuentra lo positivo a los problemas que se atraviesan. (I)

Nunca hay que decirle que no al país, los jóvenes no deben abandonar la posibilidad de ser servidores políticos del país. Servir al país siempre será un honor.José Baquerizo M., homenajeado