Mi fe en el poder máximo me renueva y me da seguridad.

Renovación
Tomo tiempo cada día para renovar mi espíritu, sabiendo que los beneficios serán bendiciones inmensurables. Comienzo en la quietud de la oración. Allí dejo ir distracciones externas y enfoco mi atención en el espíritu de Dios en mí. El Espíritu divino llena el silencio con amor, paz y satisfacción. A medida que la presencia sagrada me rodea, recuerdo que soy su creación amada. Doy la bienvenida a la guía e inspiración de Dios en mi vida. Al inhalar y exhalar sosegadamente, centro mi atención en la belleza del Espíritu en mí. Soy renovado en mente y espíritu. Doy gracias a Dios por la sabiduría y la comprensión que me brinda para tomar decisiones buenas y correctas. (F)

Efesios 4:23-24