La UE dio este domingo a Bélgica plazo hasta el lunes por la noche para decidir si firmará o no el Tratado de libre comercio con Canadá (CETA), bloqueado por la región de Valonia, a falta de lo cual será anulada la cumbre para la firma prevista el jueves en Bruselas.

“Esperamos ahora que Bélgica logre concluir este asunto con éxito”, dijo la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, en su cuenta Twitter.

“Mañana por la tarde/noche (...), el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, se entrevistará por teléfono con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para decidir si mantienen la cumbre”, indicó una fuente de la Unión Europea (UE).

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“Si Bélgica no puede garantizarnos que firmará, está claro para Tusk que no tiene ningún sentido celebrar una cumbre, y no habrá cumbre ni se fijará fecha para una nueva”, añadió esta fuente.

“La decisión será tomada de común acuerdo entre Tusk y Trudeau”, continuó. “Dependerá mucho de lo que el primer ministro belga, Charles Michel, le diga a Tusk”, añadió.

Este último se entrevistará con Michel antes de hablar con Trudeau.

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Bélgica es el único país de los 28 de la UE que no puede por ahora firmar el acuerdo del CETA, negociado durante siete años y que involucra a 500 millones de europeos, debido a la oposición de Valonia, la gran región francoparlante del sur del país.

Tusk contactó el domingo a Michel para darle a conocer la fecha límite, precisó a la AFP el poratvoz del primer ministro belga.

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“A nivel belga, hay negociaciones en curso. Está previsto para el lunes en la tarde una reunión del Comité de concertacion (que reúne a todas las entidades federadas de Bélgica, así como las francoparlantes, neerlandoparlantes y la germanoparlante, así como el gobierno federal, ndlr) para ver cómo se presenta la situación”, precisó.

Dos textos

Por su lado, los servicios de la Comisión europea transmitieron este domingo por la mañana dos textos -obtenidos por la AFP- al jefe de gobierno valón, el socialista Paul Magnette, y al representante de Bélgica ante la UE, según un diplomático europeo.

El primer texto de una página y media contiene un proyecto de declaración posible del Reino de Bélgica sobre la protección de las inversiones, “que contiene todas las reservas que transmitió Magnette”, indicó el diplomático.

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Este asunto es, en efecto, uno de los más sensibles del CETA: se refiere a la posibilidad dada a las multinacionales que invierten en un país extranjero para demandar a un Estado que adopte una política contraria a sus intereses.

El tratado prevé la creación de un tribunal permanente compuesto de 15 jueces profesionales nombrados por la UE y Canadá, cuyas audiciones serán públicas.

Pero las ONG consideran que esta concesión no irá muy lejos y temen que esos “seudojueces” sean abogados de negocios relacionados con gabinetes privados.

Y Magnette reiteró el viernes, día en que Bélgica esperaba un ‘Sí’ valón, que “había aun dificultades sobre ese tema”.

El segundo texto transmitido a Magnette es “un preguntas/respuestas de unas páginas que responde de manera comprensible todos los problemas planteados por el parlamento valón”, según el mismo diplomático.

Ambos documentos enviados a Magnette deben ser sometidos al parlamento de Valonia, específicamente ante la comisión encargada de las Relaciones europeas de la asamblea regional, para su aprobación.

Valonia ve en el CETA avances del tratado TTIP (o Tafta), muy impopular, que la UE negocia muy laboriosamente con Estados Unidos, y reclama más garantías frente a las potentes multinacionales. (I)