El analista y sociólogo Felipe Burbano de Lara saca dos conclusiones de las recientes adhesiones que ciertos grupos políticos han adquirido, de cara a las elecciones del 2017.

La una es que existen candidaturas ‘débiles’ porque “provienen de organizaciones políticas débiles” y la otra, que los “intereses personales” todavía priman en la forma de hacer política en el país.

Sobre su primera lectura, Burbano asegura que ciertos grupos aceptan como aliados a “actores menores de la vida política”, porque “las candidaturas presidenciales (que apoyan) se perciben débiles”.

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Sobre la segunda, el analista indica que como ciertos dirigentes no consiguieron sus “aspiraciones políticas” en la alianza a la que pertenecían, la abandonan y ofrecen su “pequeña clientela a otra candidatura presidencial”.

Por eso Burbano sostiene que “la política (en el país) ha quedado reducida a un juego de cálculos y de rendimientos en términos de dónde yo puedo conseguir más espacios, más candidaturas, más cuotas de poder”. (I)