La inseguridad, la escasez de productos básicos o el alto nivel de inflación movilizaron a decenas de miles de venezolanos hace dos años a protestar y exigir la renuncia del presidente Nicolás Maduro. Las violentas jornadas dejaron 43 muertos y una crisis más compleja.

Entonces la oposición advirtió del riesgo de una inminente implosión o un estallido social que hasta hoy no se ha dado. Maduro se mantiene en el poder, pese a enfrentar una crisis cada vez más grave que hace dos años y a protestas que se han multiplicado para exigir que se cumpla el referendo revocatorio de su mandato, proceso ahora incierto tras la suspensión por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Un estudio del mes pasado de la empresa More Consulting reveló que el 53,9% de los venezolanos dijo que iba a dormir con hambre por falta de alimentos en sus hogares. El 88,9% dijo tener miedo a quedarse sin alimentos. Mientras, el 90% de la sociedad compra menos comida que antes.

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Según la investigación, la falta de alimentos fue el mayor motivo de preocupación para el 46,2% de los encuestados, seguido del alto costo de la vida, 20,9% y la inseguridad, 13,2%.

En tanto, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social indicó que de enero a septiembre se registraron 5.278 protestas y 678 saqueos o intentos de saqueo en el país.

Ante estos escenarios de un gobierno con una economía deshecha, un país rumbo a una catástrofe humanitaria, aumento de protestas y fracciones internas en el chavismo, ¿cómo Maduro se sostiene en el poder?, se preguntan analistas como Manuel Malaver.

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Malaver observa entre los factores el respaldo de militares, tenientes y tenientes coroneles del 4-F que son comandantes de las cuatro fuerzas de las brigadas y divisiones disponibles: “No es que sean maduristas, sino que, amarrados, por el proceso a la corrupción, el narcotráfico y la violación de los derechos humanos, temen que el hundimiento les genere juicios, prisión, persecución”.

El gobierno chavista está en crisis, pero no está caído. Además de su demostrada intención de apelar a todos los medios necesarios para mantenerse en el poder, el presidente controla el Estado, indicó semana.com en una publicación de febrero del año pasado. Además, la oposición no ha logrado capitalizar a su favor la mala posición de Maduro, añadió.

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Una publicación del diario La Vanguardia en mayo pasado, titulada ‘Los privilegios del militar venezolano, un pilar de Maduro’, destacó beneficios que poseen las Fuerzas Armadas, como contar con un canal de TV, un banco –algo que ocurre en Vietnam e Irán–, alimentos subsidiados o programas de compra de vehículos, viviendas y alimentos.

Con Maduro se han creado más empresas militares en toda la historia del país, hay once de alto potencial económico en los sectores transporte, comunicaciones, agricultura, hasta finanzas, bebidas y construcción.

“Estamos hablando de comida, carros (coches) y casa. Tres cosas con las que los venezolanos casi ya no nos atrevemos a soñar. Son unos beneficios que adquieren doble valor en un país cuya inflación alcanza el 500%, en el que los ciudadanos hacen colas de ocho horas para comprar lo que consigan en los supermercados, y en el que encontrar un carro en un concesionario es casi como esperar un milagro” dijo el economista Juan Gutiérrez, de la Universidad Central de Venezuela.

Según Rocío San Miguel, directora de la ONG Control Ciudadano, no todos los militares tienen los mismos privilegios. “Creo que solo el 1% de la estructura militar puede considerarse millonaria y con altos niveles de riqueza, de estar en cargos donde se manejan muchos presupuestos. Ese 1% pertenece al círculo de confianza del presidente, quien ha asignado 10 de los ministerios claves a representantes de las Fuerzas Armadas, y un 52% a los gobernadores a nivel nacional”.

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Opositores acusan a Maduro de querer mantenerse en el poder con el apoyo de los militares, lo que ha sido desmentido. También denuncian que poderes como el CNE o Tribunal Supremo de Justicia son controlados por el Gobierno, pues bloquean las funciones de la Asamblea Nacional, que desde enero pasado, y luego de 17 años, está en control opositor.

El pasado viernes, la coalición opositora llamó a una movilización para el miércoles 26 de octubre en todo el país, para rechazar la suspensión del proceso revocatorio. En las últimas semanas las convocatorias habían perdido peso por la falta de resultados.

Ayer ocurrieron dos hechos en rechazo a la suspensión: en Caracas se realizó la marcha de ‘Resteadas 2016’, convocada por Lilian Tintori y otras dirigentes opositoras, y desde Buenos Aires (Argentina), doce países americanos emitieron un comunicado sobre su preocupación por la decisión. (I)