Encuentro libertad cuando mis palabras y acciones están alineadas con lo divino.

Libre
Cuando practico las enseñanzas de Jesús de buscar el reino de los cielos, me dedico a experimentar a Dios en mi vida. Enfoco mi mente en las cualidades divinas —amor, gozo, paz— y me esfuerzo por verlas en cada persona y toda situación. Hablo con bondad y trato a los demás con cortesía. Al pensar, hablar y actuar de maneras que están en armonía con lo divino, descubro que soy libre para crear una vida que refleja estos dones. Cualquier reto aparente me recuerda que gozo de libertad para elegir cómo reaccionar a las circunstancias. No siempre puedo cambiar lo que surge en el viaje de mi vida, pero puedo elegir ver el mundo a través de una perspectiva afable. Me dirijo a mi interior y alineo mi mente y alma con Dios. ¡Soy libre!

Isaías 61:1
El espíritu de Dios el Señor está sobre mí. Sí, el Señor me ha ungido. (F)