La oposición venezolana intentaba este viernes sacudirse del duro golpe que recibió con la suspensión del proceso de referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, quien de momento se libra de una salida anticipada del poder pese a enfrentar un enorme rechazo popular.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la noche del jueves que decidió postergar hasta nuevo aviso la recolección de cuatro millones de firmas que la oposición debía reunir, del 26 al 28 de octubre, como último paso para que las autoridades convoquen a la consulta.

El CNE justificó su decisión en el acatamiento de fallos de los tribunales penales de varios Estados, que anularon por “fraude” una primera recolección de firmas del 1% del padrón electoral, hecho por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en abril para promover el referendo.

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“Estas decisiones tienen como consecuencia la paralización” de la siguiente etapa de recolección del 20% del registro electoral, afirmó el CNE, al que la MUD acusa de aliado del gobierno, al igual que lo dice de la justicia.

Poco después, el excandidato presidencial Henrique Capriles denunció que un tribunal dictó prohibición de salida de Venezuela contra él y otros siete dirigentes opositores, incluido el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba.

“¡Nos dictan prohibición de salida del país! ¡Pierden una vez más su tiempo!”, escribió Capriles en Twitter al publicar una foto de la notificación derivada de los fallos judiciales.

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Con este panorama, Torrealba anunció que “la alternativa de lucha” de la oposición “está siendo consultada y consensuada” y se informará este viernes sobre los pasos a seguir. “No podrán posponer el cambio que el país está reclamando”, agregó.

Por su parte, Capriles advirtió que Maduro no “respeta la Constitución” y está llevando al país a “un escenario muy peligroso y de aumento de la crisis.”

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Sin referirse directamente a las sentencias, Maduro señaló antes de partir el jueves en una gira por Medio Oriente que los opositores “hicieron un fraude gigantesco” en la primera recolección de firmas y dijo que “la tramposería sale” a la luz.

IMPOPULARIDAD DE MADURO

La MUD estaba segura de superar holgadamente el mínimo del 20% de firmas del padrón electoral, dada la impopularidad de Maduro por la grave crisis reflejada en una aguda escasez y una inflación que el FMI calcula en 475% este año.

Según la encuestadora Datanálisis, un 76,5% de los venezolanos reprueba la gestión del presidente socialista y 62,3% votaría por revocarlo.

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“La oposición es mayoría electoral, todas las encuestas lo indican. ¿Podrá la MUD convertir esa mayoría en presión de calle?”, se cuestionó Eugenio Martínez, experto en asuntos electorales.

¡MURIÓ AL NACER!

Los estados donde los tribunales penales dejaron sin efecto el proceso son Aragua, Apure, Bolívar y Carabobo. El número dos del chavismo, Diosdado Cabello, incluyó a Monagas, aunque el CNE no lo mencionó.

Luis Emilio Rondón, único de los cinco rectores del CNE afín a la oposición, dijo no compartir la decisión porque “medidas cautelares penales no deben paralizar la expresión de la soberanía popular.”

El constitucionalista José Ignacio Hernández aseguró a la AFP que la decisión del CNE es “totalmente” contraria a la Carta Magna, pues “un tribunal penal no puede anular un proceso comicial.”

Hace meses, el oficialismo interpuso ante los tribunales 8.600 acciones legales contra la recolección del 1% aduciendo que la MUD incluyó firmas de fallecidos, menores de edad y convictos.

“Fue un intento de activación (de referendo) que murió al nacer. No lo mató el presidente, no lo matamos los chavistas, lo mataron quienes perpetraron un fraude”, dijo el dirigente Jorge Rodríguez.

El oficialismo había advertido que cerraría el paso al referendo contra Maduro, elegido en abril de 2013 tras la muerte de su mentor Hugo Chávez y cuyo mandato concluye en enero de 2019.

TRABAS DEL TSJ Y CNE

El camino para la MUD ha estado lleno de escollos. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) resolvió el lunes que en esta última fase se debía recaudar firmas equivalentes al 20% del padrón de cada estado y no a nivel nacional, por lo que con uno de esos estados que no cumpliera la meta se invalidaba todo el proceso.

El CNE también había adelantado que, si se reunían las rúbricas, el referendo se haría en febrero o marzo de 2017, cuando Maduro, en caso de ser revocado, puede ceder el poder a su vicepresidente, sin tener que llamar a nuevas elecciones.

Pero la oposición estaba confiada en que la presión ciudadana obligaría al CNE a realizar el referendo este año para que hubiera elecciones anticipadas. (I)