Dos meses después de que se lanzara al ruedo de la contienda presidencial, el candidato independiente Evan McMullin está subiendo en las encuestas en Utah y atrayendo grandes muchedumbres en mítines, a la vez que se convierte en una opción para votantes conservadores cansados de las excentricidades y crudeza del candidato republicano presidencial Donald Trump.

El bastión republicano del estado de Utah de pronto es una moneda al aire debido al rechazo hacia Trump, y a que las encuestas indican que McMullin está acortando la distancia con el candidato republicano y la candidata demócrata Hillary Clinton. Esto significa que Utah podría hacer lo impensable: Elegir a un candidato presidencial no republicano por primera vez desde 1964.

Aunque McMullin solo aparece en papeletas de 11 estados, incluso se habla de que el candidato independiente de 40 años podría convertirse en presidente, en el escenario lejano y bastante poco probable en el que ni Trump ni Clinton reciban suficientes votos electorales y el Congreso tenga que decidir.

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De dónde surgió

El increíble ascenso de McMullin a prominencia ha hecho que todos se pregunten: ¿Quién es este tipo?

Nacido en Provo, Utah, el corazón del territorio mormón, McMullin pasó su niñez en una zona rural de Washington, en las afueras de Seattle. Realizó una misión mormona de dos años en Brasil y luego regresó a Utah para obtener un título en derecho internacional y diplomacia en Universidad Brigham Young, de la iglesia mormona.

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Pasó 11 años en la CIA, realizando trabajo de contraterrorismo para luego obtener una maestría en administración de negocios de la Facultad de Negocios Wharton y trabajar brevemente en inversión bancaria. Luego se convirtió en asesor de seguridad nacional para el Comité de Asuntos Extranjeros de la cámara baja.

Trabajaba como director principal de política para los republicanos de la cámara baja cuando vio con asombro que Trump ganó la nominación republicana y ningún otro conservador se lanzó al ruedo. Para fines del verano, se dio cuenta de que tenía que postularse para dar a los votantes conservadores una alternativa. Pese a que sabía que tendría que aguantar burlas y preguntas sobre las razones de su postulación, McMullin siguió adelante.

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“Creemos que es tiempo de que haya un nuevo movimiento conservador en este país“, dijo McMullin. (I)