Estamos a pocos días para presentación de candidaturas, y pocas propuestas concretas se conocen. Eso sí, las ideas abundan pero todo es incertidumbre en las tres vías que se vislumbran: el Gobierno, la “unión” de izquierdas y la centroderecha.

El país se debate en inmovilidad, desempleo, reducción del consumo, pobreza y predominancia del Estado en las actividades económicas. En información y opinión estamos más que informados de qué clase de economía tenemos, y para la búsqueda de un crecimiento sano que tienen países como Colombia, Perú y Chile (con economías liberales que nos han doblegado en crecimiento económico e incluso en reducción de pobreza, a pesar de la corrupción, las guerrillas y el abuso militar); el esquema debe cambiar. Volver a la contratación fija de trabajadores en el sector privado para reducir el miedo de empresas en contratar personal; eliminación de anticipo de impuesto a la renta y salvaguardias, bajar el impuesto de salida de divisas, lo que daría pie a la reducción del presupuesto del Estado y de su tamaño. Si bien la reducción de empleos sería visible, pero el ahorro en impuestos para todos daría pie a mayor circulante para el individuo, además, baja de precios de muchos productos importados, generando más negocio, más empleo y reducción de la crónica dependencia a un Estado actualmente muy endeudado; según noticias que hablan de créditos adquiridos con intereses que parecen de chulco. Hay leyes que últimamente han minado la autonomía y manejo económico de instituciones y empresa; la nueva Asamblea y el nuevo presidente lo deberán desmontar. Las leyes no deberían ir a quitar fondos sino a mejorar condiciones y servicios para usuarios, en un país cada vez más caro, con una ciudadanía tan resignada e indefensa, más aún ante la ausencia de medios de expresión completamente libres en su exponer político y social. Veo más improbable que empresas políticas corrijan el uso de fondos en rendiciones de cuentas que más parecen autohomenajes, y que la participación ciudadana debe iniciar desde asambleas locales en cada sector, parroquia. (O)

Roberto Francisco Castro Vizueta, abogado, Guayaquil