Una de cada cinco personas en América Latina y el Caribe trabaja en el campo, en una tendencia a la baja por la creciente urbanización y las brechas económicas y sociales entre las zonas urbanas y rurales en la región, informó este jueves la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“Hay muchísima menos gente ahora que hace 50 o 30 años viviendo en zonas rurales, hay un proceso de urbanización”, dijo a AFP José Manuel Salazar, director de la OIT para América Latina y el Caribe, durante la presentación del informe “Trabajar en el campo en el siglo XXI”, en Bogotá.

Salazar afirmó que actualmente en la región 123 millones de personas viven en zonas rurales, de los cuales 52 millones -el 20% del total de trabajadores- laboran allí y de ellos “al menos 27 millones están en situación de empleo vulnerable”.

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“El sector rural concreta el núcleo duro de la pobreza, la exclusión y la informalidad en la región”, indicó el directivo.

Según el informe, realizado por la OIT a partir de información estadística de 14 países, en 1950, unos 94 millones de personas habitaban el campo en la región y el 58% laboraba en él. Para 2050 se espera que 90 millones vivan en zonas rurales y solo 13% trabaje en ellas.

De acuerdo con el documento, en Latinoamérica la pobreza rural (46,2%) es mayor que la urbana (23,8%) y el empleo vulnerable -incluido el trabajo por cuenta propia- es más alto en los campos (56%) que en las ciudades (27%).

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En el campo, los ingresos promedio en 2014 fueron equivalentes al 68% de los registrados en las urbes. “Y la tasa de pobreza rural de 46,2% que afecta a 60 millones de personas es muy superior a la tasa de pobreza urbana, de 23,8%”, advierte el texto.

Hay una “necesidad de redoblar esfuerzos en traer soluciones” a problemáticas que provocan el traslado de la población del campo a las ciudades, como los altos niveles de pobreza y de vulnerabilidad, brechas de infraestructura e inversiones físicas y sociales, y falta de oportunidades para los jóvenes, sostuvo.

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“Debe ser una prioridad de los gobiernos y de los empleadores (...) enfocarse como tema prioritario en resolver esas brechas”, señaló Salazar.

El documento también reza que en América Latina y el Caribe ha habido un “cambio estructural” en la participación del empleo agrícola, al pasar de 55% a 15% entre 1950 y 2010, aunque ha aumentado la productividad. Pese a ello, actualmente el 58,3% de los trabajadores rurales se dedica a la agricultura. (I)