La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció ayer la intervención inmediata del Servicio Nacional de Menores (Sename) y la entrega de unos 38 millones de dólares para mejoras tras revelarse que más de 200 menores murieron desde 2005 en sus centros.

En una ceremonia en el palacio presidencial, Bachelet reconoció que la información sobre la muerte de menores representa “una tragedia y vergüenza” para la sociedad y el Estado de Chile.

“No hemos estado a la altura de la tarea de velar por el cuidado y la protección de quienes más lo necesitan”, dijo Bachelet al anunciar un “Plan de acción para la infancia vulnerada”.

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Un total de 210 niños bajo protección estatal y otros 33 jóvenes internados en centros de detención murieron en los últimos 11 años. (I)