El 1 de octubre de 1946 el Tribunal de Núremberg dio a conocer la condena de los juicios que llevaron al banquillo a los principales jerarcas nazis capturados tras la II Guerra Mundial.

El juicio inició el 20 de noviembre de 1945 y se prolongó durante 218 días. Los jueces de las potencias aliadas (Gran Bretaña, Francia, la Unión Soviética y EE.UU.) presidieron las audiencias de los 22 principales criminales nazis que quedaban con vida.

Los cargos que enfrentraban los jerarcas nazis eran: conspiración, crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Los países acusadores se dividieron el tratamiento de los cargos: los norteamericanos se encargarían de la conspiración; los británicos de las invasiones; y a los franceses y soviéticos se les asignaría, de manera compartida, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad.

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Declararon 236 testigos, se vieron imágenes de los campos de concentración y se exhibieron pruebas. A lo largo de las jornadas, los acusados pudieron observar las evidencias en la sala del juzgado. Estos negaron tener conocimiento de los crímenes y argumentaron, en su defensa, que solo obedecían órdenes.

El 2 de septiembre de 1946, los jueces se retiraron a deliberar. Luego de casi un mes se alcanzó un consenso. Finalmente el 1 de octubre se anunciaron los veredictos: 12 de los acusados fueron condenados a morir en la horca, siete recibieron sentencias de cárcel y tres fueron absueltos.

La ejecuciones iniciaron el 16 de octubre. Los cuerpos de los ejecutados fueron incinerados y sus cenizas, esparcidas en el río Isar.

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Hermann Göring, Comandante de la Fuerza Aérea nazi, evitó la horca, pues masticó una pastilla de cianuro y se suicidó poco antes de su ejecución. Martin Bormann, jefe de la Cancillería nazi, fue enjuiciado en ausencia y sentenciado a pena de muerte, aunque se cree que también se quitó la vida. 

Ante el Tribunal de Núremberg no comparecieron Adolf Hitler, führer y canciller de la Alemania nazi; Heinrich Himmler, líder de las Escuadras de Defensa (SS), y Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de la Alemania nazi, pues estos también se habían suicidado. (I)