“Será una sensación, una locura cuando la abran”, dice emocionada la guayaquileña Juana Sánchez al ver la imponente rueda moscovita que atrae las miradas de quienes pasean en el Malecón Simón Bolívar.

A las 10:20 del sábado 24 el cielo está nublado. Los espectadores se están tomando fotos cuando La Perla empieza a girar lento, como si la moviera la corriente del río Guayas.

Aprisa y admirada, Juana activa la cámara de su teléfono celular y captura pasajes del movimiento; así como lo hacen parejas, grupos familiares y de amigos, todos emocionados y contemplando la estructura blanca, de 57,5 metros de altura y 55 metros de diámetro, que permitirá acceder, en pocos días, a una vista panorámica del malecón y sus alrededores.

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La rueda gira en contra de las manecillas del reloj, lento, en contraste con la premura de jornaleros que pintan la caseta de boletería. Un grupo instala la baranda del perímetro; otros arman los locales de refrigerio (a la derecha) y de souvenirs (izquierda); otros colocan el cableado en las cámaras de la plataforma; o cortan, sueldan los fierros, o barren el área.

La atención sigue en la noria. En la parte superior, un técnico trabaja en la instalación eléctrica de los motores de tracción. Así lo detalla Guillermo Suaya, de la empresa Reprolimit, encargada de la obra.

Desde la base, los italianos Giuseppe Ghirigaño y Camilo Pasquino, supervisan todo. Desde el montaje inicial, mecánica, electromecánica y todo el sistema computarizado –llamado el cerebro de la rueda– que está detrás de La Perla, la cual cuenta con 36 cabinas.

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La tarde del viernes 23 se terminaron de instalar las cápsulas y se dieron las primeras vueltas. Desde ayer y por cuatro días, explicó Suaya, se harán las acometidas eléctricas a cada una de las cabinas con todos los servicios que tendrán: autoparlantes, wifi, aire acondicionado e iluminación interior de las esferas.

El martes 27 se tiene previsto que se inicien las pruebas con seis sacos de arena de 75 kg cada uno, en cada cabina. La Perla también recibirá las pruebas de técnicos alemanes de la firma Tuv Thüringen, dedicada a auditorías de este tipo de atracciones en base a normas internacionales.

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El miércoles 28 llegarán los técnicos y luego de sus pruebas emitirán un certificado de aceptación. Con ese documento, el fabricante entregará la rueda a Reprolimit, sostuvo Suaya.

Agregó que la apertura está prevista para octubre, por las fiestas de la ciudad. La fecha exacta, señaló, dependerá de la capacitación de las 40 personas que laborarán en este nuevo atractivo turístico de la urbe.

Ayer, cuando el reloj marcó las 10:47, la noria dejó de girar. Juan Carlos Rodríguez paseaba con su esposa, Paulina Arias, y dos hijas, y se detuvo a apreciarla. “Le da glamur al malecón, le dará más protagonismo a la ciudad. Con esto la va a poner en el mapa”, expresó. (I)