El liberal José Luis Tamayo, elegido popularmente, era el presidente de la República el 16 de septiembre de 1921, cuando salió la primera edición de Diario EL UNIVERSO. Tamayo no logró culminar su mandato, y enseguida, en 1925, cuando presidía el país Gonzalo Córdova, vino la Revolución Juliana, a partir de la cual se abre un largo periodo de crisis de hegemonía de los sectores dominantes del país, que se manifiesta en inestabilidad política. Entre 1925 y 1948 se sucedieron 27 gobiernos, de los cuales solamente tres se originaron en elecciones, doce fueron encargados del poder, ocho nacieron de golpes de Estado y cuatro fueron nombrados por asambleas constituyentes. Solo en 1932 hubo cinco mandatarios.

Entre 1948 y 1961 se vivió un periodo de estabilidad en el que tres presidentes constitucionalmente electos terminan sus periodos, constituyéndose así en el más largo espacio de vigencia democrática que había vivido el país hasta ese momento en su vida republicana. Desde 1961 hasta 1979 prevaleció nuevamente la inestabilidad con una sucesión constitucional (1961), un golpe militar (1963), un presidente interino (1966), la conformación de una asamblea constituyente, la nominación de otro presidente interino (1967), la elección de un presidente (1968), un autogolpe (1970) y un nuevo golpe militar (1972) que derrocó a José María Velasco Ibarra, elegido por quinta ocasión y que se había declarado dictador.

Ante las exigencias de un retorno a la democracia, el general Guillermo Rodríguez Lara dejó el cargo en 1976, posesionándose un triunvirato que representaba a las tres ramas de las Fuerzas Armadas.

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Luego el retorno al régimen constitucional se preparó con la elaboración de dos proyectos de Constitución sometidos a plebiscito el 15 de enero de 1978, al que según EL UNIVERSO “concurrieron alrededor de un millón de personas, cifra que superó al número de inscritos en los padrones electorales”. Después vinieron las elecciones generales, cuya primera vuelta se realizó el 16 de julio de 1978 y la segunda el 29 de abril de 1979, en la que resultó ganador el binomio integrado por Jaime Roldós y Osvaldo Hurtado, que abrió una nueva etapa en el país.

Luego de la muerte de Roldós, cuando asume Hurtado, le suceden en la Presidencia León Febres-Cordero en 1984, Rodrigo Borja en 1988, Sixto Durán-Ballén en 1992 y Abdalá Bucaram en 1996, todos elegidos por votación popular. Pero desde 1997, cuando es destituido Abdalá Bucaram, se produce otro periodo de inestabilidad, ya que Jamil Mahuad (1998) y Lucio Gutiérrez (2003) también fueron destituidos en medio de un clima de caos social y político. En ese ínterin se nombró a Fabián Alarcón presidente (1997) y a Gustavo Noboa (2000) y Alfredo Palacio (2005), que eran los vicepresidentes de Mahuad y Gutiérrez, respectivamente.

La inestabilidad, los cambios constitucionales y los enfrentamientos de grupos de poder han sido casi que una constante, que se han debido, según el analista Felipe Burbano de Lara, “a la capacidad o no de las élites económicas y de los partidos políticos para establecer acuerdos básicos”. Otro analista, Simón Pachano, apunta, sobre todo, al sistema electoral y recuerda así que la Constitución de 1978 buscaba fortalecer el régimen de partidos, pero “el resultado fue que muchos partidos lograron llegar directa o indirectamente a la Presidencia sin mayorías absolutas en representación parlamentaria, lo que significó un permanente esquema de negociación, repartos y enfrentamientos”.

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“Las leyes electorales y de partidos han sido muy mal diseñadas, ya que han producido fragmentación, polarización y debilidad de los partidos”.

El personalismo, según Burbano, ha sido otro factor para la inestabilidad, ya que “genera una política de pasiones, emociones, particularismos, enfrentamientos alejados de la búsqueda de acuerdos”.

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El colapso del sistema de partidos se evidenció en el 2006 con la elección de Rafael Correa Delgado, del Movimiento Alianza PAIS. Correa fue reelegido en el 2013. (I)

Entre 1925 y 1948 se sucedieron 27 gobiernos, de los cuales solamente tres se originaron en elecciones directas. Solo en 1932 hubo cinco mandatarios.