Hoy que se cumplen cinco meses del terremoto que devastó varias zonas de Manabí y Esmeraldas, el sector económico de la parte norte de Manabí sigue esperando días mejores.

En Calceta, cerca del 80% de los comerciantes fueron reubicados en el barrio San Bartolo, donde Ecuador Estratégico construyó una cubierta para sus trabajos. El 20% restante está en los alrededores del destruido mercado municipal. Esto último ocasiona malestar en vendedores agrupados, ya que consideran que todos deberían estar en un solo espacio.

José Luis Moreira Párraga, quien tiene 20 años como comerciante de verduras y legumbres, asegura que aún no logran recuperarse, pues las ventas no son como antes. Él atendía en el mercado central que se destruyó con el terremoto.

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Santiago Candela López, de 64 años y vendedor de refrescos desde hace 40, cuenta que sus ventas no superan los $ 15. Antes de la tragedia hacía $ 40.

Arsenio Alcívar Sabando, con 30 años en su negocio de venta de queso, considera que la situación aún es crítica. Dice que las ventas han disminuido en un 40% y cree que es por la crisis y por la división de los comerciantes del mercado.

Wagner Pazmiño, jefe del departamento de Desarrollo Comunitario del Municipio del cantón Bolívar, dice que se está trabajando para la reactivación económica del cantón y de Calceta, cabecera cantonal.

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Según Pazmiño, más allá de la reactivación económica de la ciudad existen obras prioritarias que se requieren urgentemente como alcantarillado sanitario, pluvial y agua potable.

En Chone, en cambio, la actividad comercial varía de acuerdo al sector. Por ejemplo, los comercios de telas, ladrillos, cementos, hierros y ferreterías han mejorado sus ventas, a diferencia de los agrícolas, como arroz y cacao. Según comerciantes, el agro no ha recibido la ayuda necesaria. (I)