Actos de violencia estallaron este jueves durante la manifestación en París contra la nueva ley del trabajo francesa, con saldo de ocho policías y cuatro manifestantes heridos, constató un periodista de la AFP.

Al menos 16 personas fueron detenidas antes y durante la manifestación en París, durante la cual la mayoría de los participantes desfilaron pacíficamente.

Cinco fueron detenidos por lanzamiento de proyectiles, dos por violencia contra agente de la fuerza pública y cinco por rebelión o porte de arma prohibida, precisó la Prefectura de policía (PP) de París.

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Entre los 12 heridos figura un miembro de las fuerzas del orden que quedó atrapado entre las llamas tras el lanzamiento de un coctel molotov en la Plaza de la República de París y resultó quemado en la pierna, agregó la PP.

Al igual que en las concentraciones anteriores, en París estallaron algunas escaramuzas entre miembros de las fuerzas del orden y jóvenes, con lanzamiento de cocteles molotov, gases lacrimógenos y algunos daños a bienes públicos.

Como en las otras trece jornadas de manifestaciones contra ley, varias decenas de miles de opositores a la “ley del Trabajo” (78.000 según la policía, 170.000 según los organizadores) desfilaron por las calles de la capital y en ciudades para pedir el “retiro integral” de esta ley defendida por el gobierno socialista en contra de una parte de sus militantes.

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Las ciudades de Rennes y Nantes también registraron una fuerte afluencia de manifestantes (este).

Flexibilidad

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Tras meses de contestación en las calles, la ley fue adoptada de manera definitiva en julio, sin votación en el parlamento.

La reforma pretende otorgar más flexibilidad a las empresas para contratar y despedir a los trabajadores, en un intento para reducir el desempleo que ronda el 10% y que afecta principalmente a los jóvenes (24%).

En la última jornada de protestas, el 5 de julio - que coincidió con vacaciones escolares -, apenas 30.000 personas se movilizaron, según cifras de la policía.

Ahora que la ley fue aprobada, los sindicatos advirtieron que tras esta nueva demostración en las calles el pulso continuará en el terreno jurídico y dentro de las empresas.

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Los sindicatos tienen que “desplegarse en las empresas y luchar para que (la ley) no entre“, declaró el sábado Philippe Martínez, secretario general de principal sindicato francés, la CGT.

En cambio, el segundo sindicato del país, la CFDT, que apoyó el texto ya que estima que otorga nuevos derechos a los trabajadores, pidió al gobierno que publique “rápidamente” los decretos de aplicación.

“Estamos frente a un gobierno completamente intransigente. Pagará seguramente las consecuencias en las elecciones y a todos los niveles“, advirtió Cécile Gondard-Lalanne del sindicato Solidaires.

En la ciudad de Belfort (este), el desfile se transformó en manifestación de los asalariados del grupo ferroviario Alstom, que quieren salvar su fábrica, donde se fabrica el Tren de Alta velocidad (TGV).

La dirección desea trasladar la producción a otros lugares. Pero el gobierno del impopular François Hollande, preocupado por no parecer inactivo frente a la desindustrialización francesa, incrementa sus contactos para que haya pedidos para Alstom. (I)