“Estoy endeudado unos tres y cuatro años para pagar todo lo que debo”, dice Ovidio Muñoz Vera, de 62 años, un productor camaronero, con más de doce años en el negocio, que tuvo afectaciones en su laboratorio de larvas y en una camaronera en Cojimíes, parroquia de Pedernales, por el terremoto de abril pasado.

Él ha podido reparar el laboratorio de larvas, donde los tanques de cría se reventaron, se cayeron paredes, muros, entre otros daños de consideración, dice. Todavía le falta arreglar su camaronera. Ahí debe reparar compuertas (una se reventó y otra se cuarteó), al igual que la estación de bombeo.

“La camaronera aún no la he podido reparar por la escasez de maquinaria. Usted quiere arrendar una retroexcavadora, pero no hay disponibles, están ocupadas trabajando en otros sectores”, cuenta Ovidio, un médico-cirujano de profesión que dejó Guayaquil para radicarse, hace años, en Cojimíes, en busca de nuevos horizontes.

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Para los próximos días le han ofrecido alquilar el servicio de la maquinaria que necesita para rehabilitar su camaronera, a la cual pudo ingresar a pie tres días después del terremoto, porque el camino estaba cortado.

Adicional a los daños físicos, perdió el 50% de la siembra que tenía en laboratorio, es decir, entre 6 y 9 millones de larvas, que se traducen en unos $ 15.000. Indica que se le fueron más de $ 210.000 entre el laboratorio y la piscina. Solo en reconstrucción del criadero gastó más de $ 150.000.

Dice que cuando acudió a la banca pública aparecía como deudor en otro banco, pese a que había cancelado dicho crédito. Ahí regresó al sistema privado para que le certificaran que ya no tenía esa deuda. En la banca privada, agrega, le dieron un préstamo a un año e hipotecó su casa de Guayaquil para reparar los daños. Agrega que su familia y amigos también lo apoyaron con préstamos para salir adelante.

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Con las tarjetas de crédito también tuvo que ir a hablar, porque el mes pasado le cobraron el primer mes de gracia, por el terremoto, y el valor que debía pagar en agosto.

El laboratorio, dice, ya está reparado y operativo desde hace dos meses. Este le da producción cada mes. La piscina, en cambio, estaría lista un mes después de que termine de arreglarla.

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Agrega que su hermano, en cambio, perdió piscinas que estaban listas para cosechar. (I)