Una familia de Los Esteros, en el sur de la ciudad, sufrió el robo de objetos de valor de su vivienda y pasó a formar parte de la lista de afectados por este delito que se da con bastante frecuencia en distintos sectores de la ciudad. No todos denuncian los casos, pero quedan con el dolor de estos hechos.

El robo sucedió el pasado jueves en una zona cercana al colegio Cayetano Tarruel, en el sur de Guayaquil. Los cinco miembros de la familia afectada, al enterarse del suceso, acudieron a la casa desde diferentes puntos de la urbe. Más que lo material, les preocupaba el estado de sus cinco perros.

“Mi papá y yo llegamos a los pocos minutos para saber qué había pasado y si algunas de nuestras mascotas habían tenido algún daño. Afortunadamente, nos comentaron que no era así, pero que ingresáramos a verificar qué faltaba”, sostuvo uno de los afectados.

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Al verificar, descubrieron que los delincuentes habían roto los candados y violentado una de las puertas de ingreso. “El cuarto principal tenía todo revuelto, tiraron maletas, cajones, abrieron cajas. Las demás habitaciones también tenían ropa tirada y papeles en el piso. Los delincuentes tenían las cortinas abiertas, lo que hace suponer que ellos vigilaban si alguien llegaba”, relató.

Según moradores del sector, antes del atraco un desconocido se acercó a varias casas a preguntar por alguien que no habita en el barrio, cuando llegó a la vivienda de las víctimas tocó la puerta, pero al no recibir respuesta se fue del sitio.

“Luego comenzaron todo y con una ‘pata de cabra’ y un guante rompieron el candado para ingresar. Estaban en espera un auto blanco y otro vehículo más atrás”, explicó el perjudicado.

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En ese momento, indicó, uno de los vecinos vio que estaban sacando artículos de la casa y que uno de los delincuentes metió a uno de los perros que se había salido, por lo que enseguida llamó a la Policía.

Eran siete antisociales, según los testigos, quienes huyeron cuando llegaron los gendarmes. No obstante, el vehículo blanco fue interceptado a la altura del balneario municipal de la ciudadela Coviem, cerca de la vía Perimetral, adonde llegó circulando en contravía.

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“Allí fue interceptado el carro blanco con las placas tapadas con servilleta, con una persona en su interior. Llevaba un televisor de 42 pulgadas, botellas de whisky, dos laptops y una impresora que se habían sacado de la casa”, contó la víctima.

El sujeto, cuyo nombre no fue proporcionado, fue trasladado hasta la Unidad Judicial de Flagrancia, en el Albán Borja, donde se conoció que hace dos meses había salido de la cárcel por un robo agravado y que tenía libertad condicional.

Los familiares y abogados del sospechoso intentaron ‘arreglar’ la situación con los perjudicados, pero estos decidieron denunciar el hecho y que la justicia se encargue.

En la audiencia de calificación de flagrancia se le dictó prisión preventiva al supuesto ladrón. Se conoció, dijeron las víctimas, que ese mismo jueves, en la mañana, habría participado en el robo de otra casa.

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Las primeras investigaciones señalan que se trataría de una banda que desmantela viviendas a plena luz del día, cuando sus propietarios están ausentes. “Pero nosotros nunca nos imaginamos que nos tenían fichados hasta en cuestión de horarios”, manifestó el perjudicado. (I)