Se dice que la Madre Teresa amaba a mendigos, prostitutas y niños de la calle sin distinción ni discriminación. Marcilio Andrino está convencido de que lo amaba y que intercedió ante Dios para que lo curara de una infección viral en el cerebro cuando los médicos le daban escasas posibilidades de vida. La cura de Andrino, declarada milagro por el papa Francisco hace unos meses, fue el paso final necesario para la elevación a los altares de la Madre Teresa. El ingeniero mecánico brasileño y su esposa Fernanda dijeron que el mensaje de la Madre Teresa, tras una vida dedicada a los “más pobres de los pobres” en la India, es que la misericordia de Dios es para todos. “Fernanda y yo somos gente normal en el pueblo de Dios”, dijo Andrino al margen de una reunión católica antes de la canonización que se efectuará este domingo en la plaza San Pedro, en Roma. (I)