Gremios pidieron eliminar impuesto o cambiar la forma de cálculo, para no perder liquidez.

En comparecencias ante la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea Nacional o en cartas dirigidas a su presidente, Virgilio Hernández, los sectores productivos han formalizado su pedido para que en el proyecto de Ley de Incentivos Tributarios, cuyo informe para segundo debate debía quedar listo ayer, se elimine el anticipo al impuesto a la renta (IR) o se reforme su forma de cálculo.

El anticipo al IR, según la Ley de Régimen Tributario Interno, se calcula en función de los resultados del año anterior al que se declara sumando el 4 por mil de los activos, más el 2 por mil del patrimonio, más el 4 por mil de las ventas y el 2 por mil de los costos.

Publicidad

Dos de estos cuatro factores, patrimonio y activos, considera Roberto Aspiazu, director del Comité Ecuatoriano Empresarial (CEE), no tienen nada que ver con cómo está el negocio en un momento determinado, pero inciden para que el valor del anticipo sea mayor.

Así, el impuesto real que se paga y debería ser del 22% termina siendo en promedio del 46% por el valor del anticipo. La cifra se desprende de un análisis elaborado por el CEE a una muestra de 16.600 empresas, y cuyos resultados fueron expuestos por su presidente, Richard Martínez, a la Comisión de Régimen Económico.

El análisis también concluye que 283 empresas pagaron hasta 90% de tasa de IR al sumársele el llamado impuesto mínimo. Este es el valor que resulta cuando el anticipo pagado fue mayor al IR generado y cuyo monto no es devuelto.

Publicidad

En 2014, las empresas pagaron $ 277 millones por concepto de anticipo y $ 157 millones por impuesto mínimo. De estas, 3.027 empresas generaron pérdidas y pagaron $ 81 millones por este impuesto.

El comercio, con el 35% es el sector que más aporta al anticipo, seguido de la industria, 16% y construcción, 12%. Pablo Arosemena, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, asegura que la fórmula que se estableció desde 2009 se olvida de la renta y termina siendo una “suerte de impuesto disfrazado al patrimonio”. Y muestra dos casos reales (ver gráfico) de cómo eso impacta en la liquidez de las empresas.

Publicidad

Si no se elimina el anticipo, Aspiazu cree que la ley debe dar un trato distinto a las empresas que declaren pérdidas, como exonerarlas del pago ese año o generar un crédito tributario si la renta es menor. Y volver al esquema anterior: se pagaba en julio un anticipo hasta del 50% en relación a la utilidad obtenida en el año fiscal anterior.

Martínez propuso, además, diferir a seis meses el pago de la cuota del segundo aporte de anticipo y depurar la fórmula del anticipo de IR.

La Federación de Cámaras de la Construcción planteó que en el cálculo se excluya del rubro activos totales el valor de la propiedad, planta y equipos, etc.; y del rubro de costos y gastos deducibles, el valor de la nómina de trabajadores bajo dependencia, el gasto por pólizas de seguro, entre otros. (I)