El segundo día de juicio contra la mandataria Dilma Rousseff se convirtió en otra jornada de gritos y fue suspendido temporalmente ayer después de que el presidente del Senado, Renan Calheiros, declaró que la “estupidez es infinita” y criticó duramente a una colega que cuestionó la autoridad moral del órgano legislativo.

El ambiente del juicio contra Rousseff tuvo un tenso inicio cuando Calheiros decidió retomar un comentario hecho el día previo por la senadora Gleisi Hoffmann, integrante del partido de Rousseff.

Hoffmann –que como muchos en ambas cámaras del Congreso, está siendo investigada por corrupción– declaró el pasado jueves que “nadie aquí” tiene la postura moral para juzgar a Rousseff, lo que convirtió en una batalla de gritos la jornada en la que se interrogaba a los testigos.

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El juez de la Corte Suprema de Brasil Ricardo Lewandowski intervino y suspendió la sesión después de que Calheiros no pudo detener la discusión, en una señal de que la votación final prevista para el próximo miércoles estará cargada de tensiones.

La organización Transparencia Brasil reveló que un 59% de los 81 senadores, que decidirán si la mandataria es destituida definitivamente de su cargo, han sido condenados, acusados o investigados por crímenes en algún momento. El mismo porcentaje se repite en la Cámara de Diputados, que dio luz verde al inicio de este proceso hace nueve meses. (I)