Una comisión conformada por delegados del Ministerio del Interior, Municipio de Quito y representantes ciudadanos analizará el caso de los policías nacionales y agentes de tránsito municipales que armaron un escándalo callejero, el pasado miércoles, en el norte.

Los uniformados cumplían operativos cada uno en el ámbito de sus competencias. Los policías perseguían a una banda delincuencial; los agentes de tránsito verificaban documentos de motociclistas.

La pelea surgió cuando un agente hizo parar a un policía (que vestía de civil) y le pidió los documentos de su motocicleta, pero no coincidían los datos. El policía se identificó, pero el agente no lo dejó continuar en su operativo. Ante eso, el policía llamó a sus compañeros y el agente también a los suyos. Fue cuando hubo cruce de empujones que llamó la atención de la ciudadanía.

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Ante el escándalo, el ministro del Interior, José Serrano, y el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, lamentaron y censuraron los hechos y coincidieron en que deben analizar el caso para imponer las acciones que correspondan. (I)