Dos banderas de Ecuador y México secundaban la parte posterior de la réplica de la Virgen de Guadalupe que llegó hasta la catedral de Portoviejo, la noche del pasado martes.

Más de 500 feligreses, algunos de ellos familiares de personas que fallecieron durante el terremoto del pasado 16 de abril, asistieron a la misa en la que se anunció la entronización (colocar en el trono) de esta imagen desde México para Portoviejo; otras dos ya habían sido entregadas, la semana pasada a Manta y a la parroquia San Isidro del cantón Sucre.

La imagen ya fue venerada por centenares de manabitas. La misa fue dirigida entre Lorenzo Voltolini, arzobispo de Portoviejo, y Enrique Glenni, rector de la Basílica de la Virgen de Guadalupe en México.

Publicidad

“Viene a ayudarnos, no solo a reconstruir, digamos, nuestras ciudades, sino a rehacer nuestras familias, nuestros hogares, a rehacer nuestras comunidades en estos momentos tan duros tras el terremoto”, declaró Voltolini.

Mercedes Palma fue una de las devotas de Guadalupe que consideró importante la presencia de la Virgen mexicana en momentos que los católicos buscan consuelo, tras cuatro meses de la tragedia del terremoto.

Para Miguel Vinces, en cambio, fue un acontecimiento muy importante porque no solo la imagen, considerada como reliquia de primer grado llegó a Portoviejo, sino que fue entronizada en el santuario de la Divina Misericordia, ubicado al norte de esta ciudad.

Publicidad

“Nos da fe, confianza y eso nos ayuda principalmente a los portovejenses, que de a poco nos vamos levantando y requerimos del apoyo divino también”, relató Vinces.

Con ellos coincide Richard García, párroco del santuario de la Divina Misericordia, quien adelantó que el 12 de cada mes siguiente se comenzará a coordinar la fiesta de la Virgen de Guadalupe, que se celebrará en su día principal que es el 12 de diciembre.

Publicidad

“Ella viene a consolarnos, a ese empresario desesperado, ese negocio que no resulta como esperaba, ese préstamo que no me sale y las cosas que no están claras para aquel que se quedó sin casa y quiere volver a trabajar y esa angustia viene a consolarnos”, recalcó García.

Al culminar la misa en la catedral de Portoviejo se procedió a realizar la romería desde este lugar hacia el santuario de la Divina Misericordia, la que fue acompañada por centenares de portovejenses quienes portaban carteles, imágenes religiosas o velas. (I)