El domingo pasado se suspendieron otra vez los vuelos en el aeropuerto Mariscal La Mar. Esta terminal aérea registra aproximadamente 139 vuelos cancelados por las condiciones de la pista de aterrizaje, desde el 28 abril pasado cuando un avión Embraer de la compañía Tame se salió de la pista.

Desde esa fecha se mantiene la restricción de suspender las operaciones cuando el asfalto se encuentre mojado por las condiciones climáticas, por disposición de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC).

Ayer, el directorio de la Corporación Aeroportuaria (Corpac) interpeló al expiloto de Tame y titular de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), Giovanni Dillon, sobre el informe del accidente del 28 de abril pasado a cargo de la Junta de Investigación de Accidentes de la DGAC.

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Dillon, después de su comparecencia, dijo en rueda de prensa que la investigación sobre el accidente de abril determina “fallas técnicas, humanas y de medio ambiente”, pero que los detalles no se pueden anticipar por protocolos internacionales. El funcionario sostuvo, además, que la aeronave siniestrada estaba asegurada.

“La DGAC conocía sobre los trabajos de rejuvenecimiento para mejorar los niveles de fricción y recuperar la operatividad de la pista; se hicieron bajo las normas técnicas requeridas”, aseguró Dillon.

No obstante, el funcionario añadió que después de que se entregó la obra hubo informes de pilotos que indicaron que tenían problemas de aterrizaje cuando la pista estaba mojada y que se hicieron inspecciones, incluso estaba previsto un chequeo el día del accidente del Embraer.

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El delegado de la Prefectura de Azuay en el directorio de la DGAC, Esteban Bernal, refirió que “hay un informe del fiscalizador y otro de Quiport (presta servicios al aeropuerto de Quito) en los que se asegura que la pista tiene los niveles de fricción enmarcados en las normas de seguridad”, aunque la DGAC insiste en que es necesario el recapeo para lograr esos niveles en la extensión total de la vía de aterrizaje.

Bernal informó que la Prefectura contratará técnicos de la Escuela Superior Politécnica del Ejército (ESPE) para que elaboren un informe definitivo sobre el estado de la pista y se determine si la obra de rejuvenecimiento es la causa de la falta de fricción con las llantas de las aeronaves.

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Dillon también se refirió al contrato que la Corpac suscribió con la DGAC para calibrar las luces de precisión que ayudan a la aproximación y aterrizaje de transportes aéreos. Luminarias que desde hace varios meses están dañadas en el extremo sur de la pista, sostuvo el director de Aviación Civil.

La suspensión de vuelos perjudica no solo a los pasajeros que ahora sortean los viajes por tierra para llegar a otras ciudades del país, sino también a propietarios de negocios del aeropuerto que se quejan por las pérdidas ante la falta de actividad en la terminal.

“Nuestras ventas bajaron casi en un 90%, ahora pagamos casi $ 200 de los $ 600 que cuesta el arriendo y en mi caso tuve que despedir a la empleada”, dijo la propietaria de un local del patio de comidas.

Las pérdidas por la suspensión de vuelos se extienden también a otros sectores como el turístico, señaló el presidente de la Cámara de Comercio de Cuenca, Jaime Moreno. (I)

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Más detalles
Accidente

Informe
Según la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), la aeronave de Tame será declarada como “pérdida total”. Esta contaba con los permisos de funcionamiento y estaba calificada para cumplir actividades de vuelo.

Trabajos en pista
El presupuesto referencial para ejecutar la obra de recapeo de la pista de este aeropuerto es de $ 730.000.