El ají de gallina, un plato peruano elaborado con pollo deshilachado, leche evaporada, aceitunas y nueces, es el condumio de una empanada. Hace 21 años, la peruana María Ester Rangel hizo esa combinación con su sazón limeña, en el local Empanadas de Chabuca.

La sirve acompañada de la chicha morada, tradicional bebida del vecino país, en este rincón peruano, ubicado en el norte de Guayaquil, en la avenida Francisco de Orellana, frente al centro comercial San Marino.

Pero la historia de este negocio familiar empieza hace tres décadas, en 1986, cuando la familia emigra de Lima escapando de la crisis económica y la inseguridad que se vivía por el terrorismo de aquella época.

Publicidad

Vendieron todo y llegaron a Guayaquil, donde vivía un hermano de Rangel, recuerda Alexander La Rosa, su hijo y administrador de ambos locales.

A su mamá le gusta cocinar, así que empezó preparando almuerzos con su sazón limeña y su pareja, Ciro Romero, visitaba las empresas para ofrecerlos.

“Los primeros meses fueron difíciles. A los cuatro, mi hermano Lalo tuvo un accidente, se quemó las tres cuartas partes del cuerpo y falleció. Pese a la depresión, mi mamá fue fuerte, decidió quedarse y seguir trabajando”, dice La Rosa, quien se enamoró de la Perla por su clima y gente hospitalaria.

Publicidad

El negocio siguió creciendo. Buguis fue su primera marca. Cada desayuno, piqueo o almuerzo que ofrecían llevaban ese sello. Empezaron con 50 sánduches y con el tiempo llegaron a vender mil a trabajadores de varias empresas.

Poco a poco fue introduciendo la comida peruana. Hace 21 años, en la casa donde está actualmente, abrió una ventana para vender las diez variedades de las empanadas de Chabuca, llamada así en honor a la cantante Chabuca Granda. Los precios van desde $ 1,90.

Publicidad

Años más tarde, Rangel logró cumplir su sueño de abrir su restaurante, con el nombre Alameda de Chabuca. Ahí ofrecen una variedad de 40 platos típicos peruanos, como anticucho, parihuela, seco de cabrito, entre otros.

Hace tres años abrieron una sucursal de las empanadas en la Córdova y P. Ycaza y están en proyecciones de crecer con locales en las vías a la costa y Samborondón. (I)

Aquí en Guayaquil hay un pedacito de Perú, con música, ambiente y comida peruana.Alexander La Rosa, administrador de los locales