El flujo de lava del volcán Kilauea en Hawái atrajo a miles de visitantes desde que comenzó a emanar durante mayo y esta semana. Finalmente, alcanzó el océano.

Keaka Hunter, un guardia de seguridad que patrulla la zona, dijo que unas 2.000 personas vinieron a ver el flujo la noche del lunes, horas antes de que la lava ingresara al mar por primera vez en casi tres años. Los días previos hubo una asistencia promedio de unas 1.000 personas.

El Servicio Geológico de Estados Unidos advierte a los visitantes sobre los riesgos de seguridad, que incluyen objetos voladores y una columna de ácido que contiene finas partículas volcánicas que pueden provocar irritaciones en ojos, piel y pulmones. La nueva tierra también puede ser inestable debido a que yace sobre fragmentos de lava no consolidados y arena, que puede ser erosionada con facilidad por la marea.

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Los visitantes que buscan observar el vistoso paisaje caminan un trayecto de más de 6 kilómetros a lo largo de un camino de grava para obtener una mejor vista. Los letreros colocados a la entrada de Kalapana le advierten a los visitantes que lleven mucha agua y "estén listos para una larga y complicada caminata". (I)