El sector turístico ha visto complicada su reactivación en Manabí y Esmeraldas. No solo porque enfrentó la caída de edificaciones enteras y, a diferencia del comercio, sus propietarios no pueden trasladarse a otros locales, sino porque ante el temor de una réplica la gente no va a las zonas afectadas.

El Ministerio de Turismo (Mintur) evaluó el estado de infraestructura y la afectación en los cantones Jama, Jaramijó, Manta, Montecristi, Chone, Pedernales, Portoviejo, San Vicente y Sucre, en Manabí; y Muisne, en Esmeraldas. De acuerdo con ese análisis, el 19% de los edificios turísticos colapsó o se perdió totalmente, el 33% fue parcialmente afectado y necesitaría una evaluación más profunda, y el 48% está en buen estado o tuvo daños menores.

Ese panorama se traduce en una pérdida de $ 64,5 millones, que se requerirían para reparar, readecuar y reconstruir los establecimientos, según estimaciones del Mintur, Senplades y Cepal. Y también en una caída del 29% del empleo en estos cantones, que representa 2.263 plazas de trabajo.

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La lenta recuperación está ligada a la necesidad de inversión. Esteban Fiallos, presidente de la Cámara de Turismo de Manta, asegura que se hallan en un “cuello de botella” para acceder a los créditos en la CFN y BanEcuador. “Hay compañeros dueños de hoteles que aún no pueden iniciar ningún crédito porque falta el estudio de suelo; en Tarqui, por ejemplo, hay muchos hoteles por levantar, pero aún no se pueden iniciar los trámites”, explica.

María Soledad Barrera, presidenta del directorio de la CFN, dice que están prestos a dar asistencia financiera y que incluso en los trámites se brinda asesoría gratuita. Dicen que hay 23 hoteleros de Manta que quieren desarrollar un proyecto turístico y uno interesado en invertir en Canoa.

En Esmeraldas la reactivación del turismo es aún lejana. La afectación va más allá de Muisne. En Atacames, que representa el 80% de los ingresos turísticos de la provincia, el terremoto ahondó la crisis que vivían por la reducción de turistas. En el sector hotelero, que agrupa a 400 empresarios en el cantón, dicen que esa baja ya ocasionó el despido de trabajadores ocasionales, que recibían entre $ 15 y $ 20 diarios.

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Según cifras del Plan estratégico para desarrollo integral de la economía de Atacames, hasta 2014, 360 hoteles, 500 comedores y 1.500 comerciantes generaron un ingreso anual de $ 51 millones. Hoy, bajaron a $ 10 millones y unas 11.000 personas están sin trabajo. (I)

80%
Se redujeron

los ingresos económicos de Atacames desde 2014. El sismo ahondó el problema de falta de turistas.