En 1976, el padre de Charrys Amén pagaba 360 sucres por el arriendo de un local en el centro comercial municipal de Portoviejo. Fue en ese año cuando este abrió sus puertas en la ciudad. El 16 de abril, en 42 segundos quedó casi destruido; y hoy en 3 segundos será destruido por completo. Amén dice que le quedan innumerables recuerdos del local La Gallada del Chinito, donde vendía licores, caramelos y bebidas. Allí funcionaban otros 50 locales. Hasta hace cinco años el centro generó problemas por el desorden, pero en el último lustro se dio otra imagen. (I)