Rezan, meditan y leen en silencio. Es una devoción que viven los feligreses durante las 24 horas del día, de lunes a domingo, desde inicios de mes en la capilla de adoración perpetua San Pío, que se habilitó detrás de la iglesia Santa Teresita del Niño Jesús.

Cristina Franco, integrante del comité de difusión de la adoración perpetua, señala que el área se implementó con la finalidad de que los fieles pueden tener facilidades de acudir al sitio sin límites de tiempo. Comenta que se han organizado ttgrupos, conformados por alrededor de 500 feligreses, que cumplen con un horario determinado para estar en el lugar. Sin embargo, hay accesibilidad para todos.

“Es agradable estar cerca de la fuente de todo bien, además, aprovechar para pedir no solo por uno sino por los demás”, dice Cristina, y añade que se han tomado medidas de seguridad para evitar inconvenientes, como pedir resguardo policial y además mantener activo el servicio de guardianía que labora en la iglesia. (I)