Los permanentes robos a comerciantes en los últimos dos meses tenían en alerta a los policías que patrullan el suroeste de Guayaquil.

La consigna era ubicar y aprehender a una supuesta banda de delincuentes que se movilizaba a bordo de un auto Toyota Tercel verde.

Se trataba de dos hombres y dos mujeres que supuestamente abordaban a comerciantes que se dirigen, en el transcurso de la madrugada, a comprar los productos de abarrotes.

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Ayer, a eso de las 10:00, el vehículo fue divisado por el sector del Cristo del Consuelo y enseguida se inició una persecución que recorrió varias calles.

A la emergencia se sumaron otras unidades, incluidas motocicletas de la Policía. No obstante, cuando circulaban a velocidad por las calles Séptima y Francisco Segura, un carro civil no habría prestado atención al sonido de las sirenas y ocasionó que un motorizado se estrellara, según testigos.

El agente sufrió heridas de consideración, por lo que tuvo que ser auxiliado por sus compañeros y posteriormente trasladado en una ambulancia hasta una casa asistencial.

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Pero la persecución no se detuvo. Otro grupo de uniformados siguieron a los presuntos antisociales hasta el puente de las calles Augusto González y la 24, donde, al parecer, se habrían arrojado al estero Salado.

Uno de los individuos fue detenido. Los otros fueron buscados en las casas ubicadas alrededor del estero, pero hasta las 24:00 no fueron localizados y aprehendidos.

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Al sitio llegaron agentes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), quienes, incluso, treparon a los techos de algunas viviendas para buscar a los sospechosos. Otros uniformados, en cambio, se embarcaron en una lancha y recorrieron el caudal removiendo los desechos.

Gendarmes que pidieron la reserva de sus nombres indicaron que los sujetos habrían cometido unos 20 robos. (I)