A los 63 años, el piloto suizo André Borschberg entró en la leyenda de la aviación tras completar el vuelo en solitario más largo jamás realizado, en el marco de la primera vuelta al mundo de un avión solar.

Como la nave dotada de un sistema de propulsión solar solo puede transportar un solo piloto, Borschberg y su compatriota de 58 años Bertrand Piccard se turnaron en cada etapa de esta extraordinaria vuelta al mundo que concluyó en Abu Dabi.

Mientras que la primera travesía del Atlántico fue realizada por Piccard sobre una distancia de 6.765 kilómetros, a Borschberg le tocó cumplir la ardua tarea de pilotar el aparato para cruzar 8.924 kilómetros sobre el Pacífico en poco menos de 5 días y 5 noches, del 28 de junio al 3 de julio de 2015, el vuelo en solitario más largo jamás realizado.

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El récord anterior pertenecía al millonario y aventurero norteamericano Steve Fossett tras un vuelo en solitario de 76 horas y 45 minutos en 2006.

Yoga en el aire

Solo en medio del océano Pacífico, encajado en una cabina que solo le permite estar sentado o tumbado, André Borschberg pasó en el aire unas 120 horas, en la etapa más larga de la vuelta al mundo del Solar Impulse 2.

En aquellos días, el piloto no pudo dormir más de 20 minutos seguidos. Durante estos breves reposos, unos brazaletes vibradores conectados al piloto automático se encargaban de despertarlo ante la menor anomalía.

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Alto, de porte atlético, André Borschberg dice sacar su fuerza mental del yoga y la meditación, que practica en el jardín de su casa, situada junto al idílico lago Lemán en Nyon, entre Ginebra y Lausana.

También lo practica durante el vuelo, transformando su asiento en una esterilla de yoga, con posturas especialmente adaptadas por su yogui particular, Sanjeev Bhanot, a quien sigue desde hace una década.

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"El yoga es un gran apoyo para el vuelo (...) afecta positivamente a mi humor y mi moral", afirmó en un tuit el jueves, acompañándolo de una foto en postura relajante.

Dos amigos y un desafío

Ingeniero, empresario, piloto de caza y de helicóptero... Borschberg, hombre aventurero de múltiples facetas, ha logrado escapar a la muerte en dos ocasiones: de una avalancha, hace 15 años, y de un accidente de helicóptero en 2013.

Nacido en Zúrich el 13 de diciembre de 1952, hizo sus estudios en Lausana, en la prestigiosa Escuela Politécnica Federal, donde obtuvo su título de ingeniero en mecánica y termodinámica.

Después, completó su formación con diplomas en gestión de empresas en Estados Unidos y Lausana.

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Piloto de caza en el ejército durante muchos años, su primer trabajo en la vida civil fue como consultor en el gabinete McKinsey, donde se quedó cinco años antes de lanzarse a emprender por su cuenta.

Montó entonces dos starts-up, y cofundó la compañía Innovative Silicon, especializada en microprocesadores.

Con su amigo, socio y alter ego, el piloto y psiquiatra suizo Bertrand Piccard, decidió lanzarse al proyecto Solar Impulse, posiblemente la mayor aventura de sus vidas.

Energía solar

Fue él quien supervisó la construcción del avión solar y quien efectuó, el 7 de julio de 2010, el primer vuelo de la historia de 26 horas con la primera versión del revolucionario aparato.

En 2015, el dúo Piccard-Borschberg se lanzó al gran desafío de dar la vuelta al mundo con una versión mejorada del primer avión, el Solar Impulse 2.

Dotado de alas tapizadas con más de 17.000 células fotovoltaicas, de una envergadura de 72 metros cercana a la de un Airbus A380, el aparato voló a una velocidad comprendida entre los 50 y los 100 kilómetros por hora.

El Solar Impulse 2 había salido el 9 de marzo de 2015 de Abu Dabi para una vuelta al mundo de 35.000 kilómetros, una hazaña que permitió además promover el uso de energías renovables, en particular la energía solar. (I)