Dos agresores tomaron rehenes en una iglesia francesa durante la misa matutina del martes cerca de la ciudad de Rouen, la capital de Normandía, y degollaron a un sacerdote de 86 años antes de morir abatidos por la policía, informaron las autoridades. El grupo Estado Islámico se atribuyó el ataque.

Otra persona que estaba dentro de la iglesia sufrió heridas graves y se debatía entre la vida y la muerte, dijo el portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet. La policía logró rescatar a otras tres personas de la iglesia en la pequeña localidad de Saint-Etienne-du-Rouvray, en el noroeste, indicó Brandet a los reporteros.

Un líder musulmán regional señaló que uno de los dos agresores -que murieron fuera del recinto- era conocido por la policía.

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Se trata del primer ataque dentro de una iglesia francesa en años recientes del que se tenga conocimiento. Una iglesia fue blanco de un ataque el año pasado, pero éste nunca se llevó a cabo.

Un comunicado publicado por la agencia de noticias Amaq, afiliada al grupo Estados Islámico, reportó que el ataque fue perpetrado por "dos soldados del Estado Islámico" que actuaron en respuesta a los llamados a fijar como objetivos países de la coalición encabezada por Estados Unidos que combaten al grupo extremista en Irak y Siria.

La fuerza especial de intervención RAID aseguró el perímetro antes de ingresar ante la posibilidad de que haya explosivos dentro o fuera de la iglesia.

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"Las investigaciones continúan. Aún hay incógnitas", declaró Brandet. "Tenemos canes, detectores de explosivos y servicios de detonación de explosivos, y siempre y cuando siga habiendo incógnitas, la policía judicial no puede ingresar al edificio. Es una situación dramática".

Identidad de agresores

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De momento se desconocen las identidades de los agresores y el motivo del ataque, señaló un funcionario de seguridad, que no estaba autorizado a dar su nombre.

Dominique Lebrun, el arzobispo de Rouen, confirmó la muerte del reverendo Jacques Hamel, de 86 años.

"Clamo a Dios, junto con todos los hombres de buena voluntad. E invito a todos los no creyentes a unirse a este clamor", escribió Lebrun en un comunicado desde Cracovia, Polonia, donde se espera la llegada del papa Francisco. "La Iglesia católica no tiene más armas que la oración y la fraternidad entre los hombres".

A su llegada al lugar, el presidente francés François Hollande llamó al hecho un "vil ataque terrorista" y resaltó que es una señal más de que Francia está en guerra con el grupo Estados Islámico, que se ha adjudicado una serie de ataques en territorio francés.

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"Debemos encabezar esta guerra con todos nuestros medios", indicó, y añadió que ha convocado a los representantes de todas las religiones a una reunión el miércoles.

Manifestó su solidaridad a los católicos locales, diciendo que ellos han sido golpeados terriblemente con la muerte del párroco. "Me he reunido con la familia del sacerdote", indicó.

Un funcionario policial afirmó que uno de los agresores fue devuelto cuando trataba de viajar a Siria. El funcionario, que a condición de mantener el anonimato reveló detalles de la investigación, dijo que el hombre portaba un brazalete electrónico para supervisar sus actividades y ubicación.

Mohammed Karabila, director del Consejo Regional de la Fe Musulmana en Haute-Normandía, aseguró que los servicios de seguridad franceses conocían el nombre de los agresores.

"La persona que cometió este odioso acto es conocido ya había sido vigilado por la policía durante al menos año y medio. Viajó a Turquía y los servicios de seguridad ya estaban alertados", declaró a The Associated Press vía telefónica. Se rehusó a divulgar el nombre del individuo y no contaba con información sobre el segundo agresor.

El papa condenó el ataque enérgicamente. El vocero del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, dijo en un comunicado que el ataque resulta un golpe particularmente duro "porque esta horrenda violencia sucedió en una iglesia, un sitio sagrado en el que el amor a Dios es anunciado, y por el barbárico asesinato de un sacerdote".

Francia se encuentra en alerta máxima y bajo estado de emergencia después del atentado del Día de la Bastilla en Niza, el 14 de julio, en el que murieron 84 personas, que fue reivindicado por el grupo Estado Islámico, así como por una serie de ataques mortales del año pasado que cobraron 147 vidas en todo París.

Extremistas del grupo Estado Islámico han instado a sus seguidores a atacar iglesias francesas, y se cree que la milicia había planeado al menos un ataque a otra iglesia en el pasado.

En abril de 2015 se descubrió que un estudiante argelino que fue detenido tras pegarse un tiro en una pierna tenía armas de grueso calibre, chalecos antibalas y documentos relacionados con el grupo Estado Islámico. Se le acusó de haber matado a una joven dentro de su auto ese mismo día. Según las autoridades francesas, ese sospechoso, Sid Ahmed Ghlam, fue enviado por el belga Abdelhamid Abaaoud para atacar una iglesia en Villejouif, a las afueras de París.

Una célula dirigida por Abaaoud perpetró el 13 de noviembre los atentados de París en los que murieron 130 personas, y los atentados del 22 de marzo en Bruselas que mataron a 32 personas. (I)