Estambul-Washington

El poder turco inició ayer la limpieza de sus fuerzas de seguridad, sobre todo de los servicios de inteligencia, una semana después del golpe de Estado frustrado el 15 de julio.

A pesar de las críticas occidentales, las purgas continúan en el país con la emisión de órdenes de arresto contra 300 miembros de la guardia presidencial y la anulación de 10.856 pasaportes de personas, arrestadas o que puedan fugarse.

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Anoche, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunió con el jefe de los servicios de inteligencia (MIT), Hakam Fidan, considerado todopoderoso hasta hace una semana, pero debilitado en estos momentos.

El primer ministro, Binali Yildirim, apuntó a los servicios de seguridad, como el MIT.

Yildirim aseguró que supo del golpe en curso 15 minutos después de su inicio, por los guardaespaldas, conciudadanos y amigos.

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Esto mientras ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, descartó tajantemente que su gobierno haya poseído informaciones de inteligencia antes de la tentativa de golpe en Turquía, y aseguró que esa versión falsa. (I)