"Vi un montón de muertos delante de mí", dijo un jubilado llamado Charles que vive cerca de donde el camión empezó su mortífera embestida.

Tras una noche de poco sueño y muchas lágrimas, a la ciudad le costaba aceptar el horror.

"No habrá más fiestas, más festivales. Pero si queremos hacer frente a los terroristas, la vida debe continuar", agregó.

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"Esto no nos impedirá seguir viviendo nuestras vidas", dijo Jean, un astrónomo que se encontró en medio del pánico con su esposa Myriam, sus dos hijos y su perro.

"Vi cuerpos que salían disparados", cuenta con horror una testigo del atentado del jueves en Niza, que presenció cómo un camión arrollaba a decenas de personas en el Paseo de los Ingleses, un lugar emblemático de la Costa Azul francesa.

"Escuché un bum, me di la vuelta y vi el camión acelerando, y cuerpos que salían disparados. Se notaba que quería causar el máximo de víctimas. Iba rápido, y era horrible. Vi a un padre con su hijo de dos años en brazos. El pequeño estaba muerto. Luego dejé de contar los muertos", relató Najate, 52 años, que estaba cruzando la avenida costanera.

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"El camión pasó muy rápido, y me dije: 'no es posible, hay que irse', cuando en realidad estábamos muy bien, los fuegos artificiales habían sido magníficos, estábamos tranquilos, contentos, y de pronto, el horror, un camión que aparece a toda velocidad, disparos (...) Tuve la suerte de encontrarme del buen lado del paseo, relató Suzy, jubilada de 65 años. Estaba en la terraza de un café, y me abalancé al fondo".

"Hubo un movimiento de masas, y enseguida pensé en un atentado. Con mi pareja subimos por el paseo (de los Ingleses) para escuchar a un grupo de rock, pero la primera canción no terminó. Escuchamos gritos, gente empujando, y disparos. Hubo una desbandada general, y nos pusimos a correr como locos", dijo Pascale que ese momento se encontraba cerca del hotel Negresco, en el Paseo de los Ingleses.

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"En un momento dado corrimos hacia el Negresco, y mi novio me dijo 'salta, salta'. Teníamos la sensación de que nos estaban disparando. Corrimos hacia el mar para escapar a los disparos, había gente que iba hacia el mar".

Así quedó el camión con el que el atacante arrolló a decenas de personas que fstejaban las fiestas nacionales en Niza. (Foto AFP)

"Subiendo por el paseo nos encontramos con los desmanes que había hecho el camión. Unos marinos nos dijeron que un camión había atropellado a la gente. Había un chico joven gravemente herido. Corrí por todos lados en busca de un médico, que trajimos para que atendiera al joven. No sé qué ha sido de él. No tenía miedo, simplemente me pregunté qué podía hacer", relata Pascale.

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"Vimos el camión a 120 o 150 km por hora. Estábamos en la playa. Se dirigió hacia el casino, y la gente se volvió loca. Vi a un niño cortado en dos, y su carrito estaba intacto. No hemos podido dormir en toda la noche, ha sido horrible. ¿Por qué no había retenes? Los policías tardaron 20 minutos en llegar", cuenta entre sollozos Laroussi, un turista tunecino. (I)