El presidente Barack Obama insistió ayer en Dallas que Estados Unidos no está tan dividido por las tensiones raciales y las diferencias políticas como parece y honró a los cinco policías muertos a manos de un francotirador.

“Estoy aquí para decir que debemos rechazar la desesperanza. Estoy aquí para insistir en que no estamos tan divididos como parece”, dijo compungido el mandatario.

Barack Obama viajó a Dallas para dar un mensaje de unión al país, que aún trata de digerir los sucesos del pasado jueves, en los que cinco policías que custodiaban una manifestación contra la violencia policial murieron baleados por un hombre afro.

Publicidad

Acompañado de su esposa, Michelle, el mandatario se unió a la ceremonia ecuménica en el Meyerson Symphony Center, en la que también intervino el expresidente George W. Bush.

“Sé que los estadounidenses están conmocionados en este momento por lo que hemos vivido la pasada semana”, dijo.

El mandatario se refirió a los eventos en Dallas como actos “no solo de violencia demente, sino también del odio racial”. “Y nos dejaron heridos y enojados. Veo lo que es posible cuando reconocemos que somos una sola familia estadounidense: todos merecemos un trato justo, todos merecemos el mismo respeto”, agregó.

Publicidad

“¿Podemos hacerlo?”, se preguntó. “No soy ingenuo. He visto cómo el espíritu de unidad que nace de una tragedia puede disiparse poco a poco. Si no podemos hablar honesta y abiertamente (...) con quienes tienen una apariencia diferente de la nuestra, o que aportan una perspectiva diferente, entonces nunca podremos romper este peligroso círculo”.

Como ya lo hiciera antes, Obama buscó un equilibrio entre gestos de apoyo a las fuerzas del orden y de aliento a los militantes por los derechos civiles que denuncian la brutalidad policial.

Publicidad

El presidente estadounidense aprovechó también para llamar a los legisladores republicanos a darse cuenta del costo de su oposición al control de armas y al gasto en programas de tratamientos en salud mental y drogas. (I)