La brisa fresca, el sonido de la diversidad de pájaros, una variedad de árboles y la vista del manso río Babahoyo en el malecón atraen la atención. Luego, al caminar por las angostas calles, el visitante se da cuenta de que el lugar además de ser agradable y acogedor es seguro y la gente, que en su mayoría habita en viviendas de construcciones mixtas y de cemento, es muy amable.

Es el Buijo Histórico, un recinto al que se ingresa por la vía de acceso a Ciudad Celeste y El Cortijo (km 9,59) y en el que viven alrededor de 540 familias, que en su mayoría se dedica a la agricultura y albañilería; un lugar que está en proceso de que su riqueza histórica y natural sea fusionada con arquitectura y regeneración para convertirse en un área colonial y un punto estratégico para atraer al turismo.

El alcalde José Yúnez indica que para el efecto, el Cabildo tiene un plan de trabajos de mejoramiento del ornato, que incluye el arreglo de las calles, avenidas y el malecón, la colocación de adoquines y el impulso para fortalecer la comercialización de comidas típicas. En el sitio se han construido unas cabañas pequeñas de caña en las que se venden platos como seco de pato y de gallina, guatita, fritada y llapingachos en festivales de comida.

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“Es un proyecto (de turismo) para hacer un área colonial, es un lugar histórico, fachada colonial en la calle y malecones , un trabajo que empezará en el 2017, a finales del 2018 esperemos esté terminado. Va a costar unos 2 o 3 millones de dólares”, afirma.

A Buijo también llegará la ciclovía, que comienza en la avenida principal y avanza por la vía de acceso a Ciudad Celeste.

Buijo es uno de los recintos más antiguos del país y tiene mucha historia. Este 27 de junio se conmemoraron 187 años de la firma del tratado de Buijo, se trata de un acuerdo al que llegaron el libertador Simón Bolívar y representantes del Ejército peruano, cuyas tropas habían invadido Guayaquil en esa época. “Bolívar pensó que estaba en un lugar estratégico para manejar sus tropas. Firmaron el tratado del acuerdo que ellos (los peruanos) se retiraban. En ese entonces se llamaba Hacienda Buijo y pertenecía a la familia Gallardo”, cuenta Carlos León, morador del sector y quien fue uno de los primeros profesores de la escuela 26 de Junio, la primera que se fundó en el sitio, alrededor de 1970; el plantel antes era particular, ahora es fiscal.

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Así como Carlos, otros habitantes saben de su historia, pues han participado en jornadas de talleres para conocerla y además involucrarse con el plan de mejoras del lugar donde viven, que incluyó la realización de mingas.

Marlene Alonzo, concejal y coordinadora de siete recintos de Samborondón, incluyendo Buijo, manifiesta que todo empezó con un cambio de actitud de los moradores del sitio, aprendiendo “a vivir con dignidad, cuidando que no haya animales en las calles”, refiriéndose a los cerdos o aves que solían dejar sueltos los moradores en los portales de las casas.

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Se evidencia un poco más de orden y además un constante esfuerzo de los pobladores para cuidar el entorno, asegura Léster Bohórquez, de 45 años, morador.

La tarde del viernes 24 de junio, Léster se dedicó a pintar la fachada de su casa y a elaborar adornos con llantas recicladas para colocarlos afuera de su vivienda. Lo mismo hacían otros residentes con la finalidad de mejorar la apariencia de su sector para ganar en el concurso Mejora tu barrio, que realizará hoy jueves el Municipio, como parte de una semana cultural y deportiva para conmemorar la firma del tratado, y que culminará el 2 de julio con un baile con la orquesta Eko Band, a las 20:00, en el malecón.

Léster está entusiasmado y dice que su motivación es el cambio que se está dando en el lugar donde vive, que empezó hace unos catorce años. “Esto era un lugar abandonado, ahora el alcalde ha ayudado mucho”, expresa.

Él se dedicaba antes a la agricultura ahora a la albañilería, las últimas semanas estuvo trabajando en la readecuación del coliseo de Buijo. “Las mejoras son además fuente de empleo”, expresa.

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Yúnez dice que como parte de la regeneración fue necesario empezar con la ejecución de obras que eran prioridad como agua potable, aguas lluvias y alcantarillado sanitario.

Léster comenta que antes, el agua la tenían que comprar en tanqueros y que en su casa había letrina, pero ahora ya tienen conexión con la red de alcantarillado.

Las calles también han mejorado, dice Léster. “Antes salíamos con lodo para el trabajo. A los turistas les digo que vengan, porque Buijo hace un tiempo no era como está y se va a poner mejor”.

Jenny Torres, quien tiene 56 años y también vive en Buijo desde que nació, tiene muchas expectativas sobre el proyecto del Municipio. Ella cuenta que su hobby es cocinar y por ello ofrece su comida en las cabañas pequeñas que están en el malecón. “Me gusta trabajar. Cuando vengan más personas venderé más comida, necesitaré hasta contratar personal para que me ayude”, comenta.

María Ruiz, otra residente de Buijo, manifestó que en el sitio se requiere el arreglo de varias luminarias en la vía pública y además la construcción de rompevelocidades para controlar a los conductores que circulan por el sector; al recinto ingresan buses de la cooperativa Panorama de Durán.

Yúnez dijo el miércoles 22 que durante los días de esa semana ya se estaban realizando los arreglos del alumbrado. Moradores confirmaron el lunes 28 que fue solucionado el inconveniente. (I)

A los turistas les digo que vengan, porque Buijo hace un tiempo no era como está ahora y se va a poner mejor. Tiene un hermoso malecón y es un lugar muy seguro para visitarlo”.Léster Bohórquez, Morador