Ayer hasta el cierre de esta edición, el conservador Partido Popular (PP), del jefe de Gobierno español saliente Mariano Rajoy, se convertía nuevamente en la agrupación política más votada en las elecciones generales de España, al obtener 136 de los 350 escaños del Congreso, tras el recuento oficial de un 90,2% del total de sufragios.

Pero el PP no tuvo mayoría absoluta para gobernar en solitario. Un resultado muy similar al de diciembre pasado, donde obtuvo 123 escaños, el 28,7% de los votos.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sería la segunda fuerza política, según el recuento, con 86 escaños, mientras que la coalición de izquierda Unidos Podemos tendría 71 y Ciudadanos, 32.

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Independientemente de lo que faltaba por escrutar, el resultado no modificaría sustancialmente las opciones de gobernabilidad, después de seis meses de mandato interino en los que no se alcanzaron acuerdos decisivos y que obligaron a repetir estos comicios.

Pese a los casos de corrupción que pesan sobre su partido, Rajoy, de 61 años, logró volver a quedar primero defendiendo su balance económico. Tras seis años de crisis, la economía creció 1,4% en 2014 y 3,2% en 2015 y el desempleo bajó seis puntos aunque siga siendo extremadamente elevado (21%).

Los españoles volvieron ayer a las urnas con la esperanza de romper el bloqueo político, ya en diciembre pasado los partidos políticos no consiguieron formar un gobierno, poniendo fin a 40 años de mayorías estables del conservador Partido Popular (PP) y del Partido Socialista (PSOE) con la irrupción de nuevas formaciones que canalizaron el sentimiento antisistema tras la crisis económica y escándalos de corrupción.

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Los sondeos predecían que el Congreso que emergería de esta nueva elección sería tan fragmentado como el anterior, con cuatro fuerzas mayoritarias y seis pequeños partidos con representación en una cámara de 350 diputados. Ninguno de ellos estará cerca de una mayoría para gobernar en solitario.

No obstante, muchos analistas creen que los socialistas podrían decantarse por formar “una gran coalición” con el Partido Popular o permitir gobernar al PP en minoría, antes que apoyar a un partido que amenaza su propia existencia.

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“Creo que estamos en un momento crucial para la gente progresista o de izquierdas. Es el momento, tenemos la oportunidad del cambio”, dijo Carlos Martínez, un administrativo jubilado que votó por Unidos Podemos en el barrio madrileño de Arganzuela.

“Con este escrutinio estos no son los resultados que esperábamos”, dijo Íñigo Errejón, secretario de Política y Estrategia de Podemos. “No son un buen resultado para Podemos, pero tampoco lo son para España, pues retrasa un cambio político que creemos irreversible”.

El fuerte descontento popular con el Gobierno por el alto desempleo, recortes de servicios como salud y educación y los incesantes escándalos de corrupción fueron el centro del debate de los últimos días de la campaña electoral. (I)