Lucy Padilla intenta no llorar, pero no se contiene. Recordar los momentos vividos desde que su pequeño Jaime fue diagnosticado hace dos años con leucemia mieloide aguda M3 le produce tristeza. Pero las lágrimas que hoy derrama insiste que son de felicidad al estar su primogénito próximo a ser sometido a un trasplante de médula en España.

En la sala de su casa, en la cdla. La Atarazana, dice sentirse bendecida por Dios al haber recibido la ayuda de la Fundación Teletón por la Vida (30 mil euros) y de la clínica de la Universidad de Navarra, España, (42 mil euros), para cubrir el trasplante por 72 mil euros.

Horas antes de partir a España, Padilla contó ayer su lucha por la salud de Jaimito desde septiembre de 2014 cuando le diagnosticaron la enfermedad en un 76% del cuerpo en el hospital de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca).

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Fue sometido a tratamientos y protocolos médicos hasta que en febrero de 2015 fue dado de alta, pero ocho meses después tuvo una recaída. El cáncer aumentó a un 80%.

El menor necesitaba 50 ampollas de trióxido arsénico para el tratamiento. El trabajo de su padre, Jaime Synch, como taxista, no le permitía obtener 350 dólares que costaba cada ampolla, así que empezaron a tocar puertas. Luego de aparecer en un canal de televisión recibieron la llamada del Ministerio de Salud, indicándoles que les donarían las ampollas.

Jaime terminó el tratamiento el 4 de marzo. Ese día, recuerda Lucy, el doctor le dijo: “Tu hijo no tiene nada de cáncer (...), pero tú sabes que ha tenido una recaída muy fuerte y no vamos a esperar una segunda que sería mortal, la única solución es que lo lleves a tu hijo a España a un trasplante...”.

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El pequeño, por su estado delicado, no sale de casa. Varios medios de comunicación se han sumado para difundir, con la ayuda de Misión Sonrisa, la venta de gorras a 10 dólares. Con el 50% del aporte económico que reciben se cubren los 300 dólares mensuales para sus medicinas y alimentación. Anoche viajaron a España, pero la campaña sigue porque necesitan costear el postoperatorio. “Gracias a todos, y a aquellas madres que tienen hijos con cáncer que tengan fortaleza y luchen”, señala Lucy.(I)