(Actualizado a las 09:45 de hoy)

Gran Bretaña votó el jueves a favor de abandonar la Unión Europea tras una agria y divisiva campaña electoral, según los resultados del referendo conocidos el viernes por la mañana. La noticia provocó fuertes caídas en los mercados mundiales, dejó la política británica en suspenso y resquebrajó la estabilidad de un proyecto de unidad continental diseñado hace medio siglo para evitar una III Guerra Mundial.

La decisión plantea la posibilidad de años de negociaciones sobre comercio y lazos políticos y empresariales con lo que se convertirá en un bloque de 27 países, un divorcio sin precedentes que podría llevar décadas.

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"¡Está amaneciendo en una Gran Bretaña independiente!", dijo el líder del Partido Independencia de Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, ante los vítores de sus seguidores en la fiesta de campaña del bando partidario de salir del bloque. "¡Que el 23 de junio pase a la historia como nuestro nuevo día de independencia!", exclamó.

Los recuentos de medios británicos sobre resultados casi completos mostraban una victoria del bando a favor de abandonar la UE con un 52% de los votos. La participación fue alta, un 72% de los más de 46 millones de votantes registrados acudió a las urnas.

Los sondeos antes de los comicios mostraban una carrera muy ajustada, pero la última tendencia en la semana anterior al referendo parecía favorecer a los partidarios de seguir en la UE. El resultado conmocionó a los inversionistas y los mercados financieros cayeron en todo el mundo.

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La libra esterlina sufrió una de las mayores caídas de su historia en un sólo día, perdiendo más de un 10% en seis horas, desde aproximadamente 1,50 dólares, para quedar por debajo de 1,35 dólares, ante el temor de que cortar lazos con el mercado único europeo perjudique a la economía británica y socave la posición de Londres como centro financiero global.

Gran Bretaña sería el primer país importante que abandona la UE, nacida de las cenizas de la guerra cuando los líderes europeos trataban de tender puentes y evitar hostilidades en el futuro. Ante la falta de precedentes, no está claro qué impacto tendrá el resultado en el mercado único de 500 millones de personas -la mayor economía mundial-.

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País dividido

Los resultados mostraban la imagen de un país profundamente dividido: buenos resultados a favor de la UE en Londres, el motor económico y cultural británico y en la semiautónoma Escocia contrastaban con el abrumado sentimiento anti UE y a favor de salir del bloque en el resto de Inglaterra, desde las localidades costeras del sur al cinturón industrial del norte.

"Se están viendo las quejas de mucha gente, y tenemos que empezar a escuchar", dijo el número dos del Partido Laborista, John McDonnell.

Es probable que el resultado le cueste el puesto al primer ministro, David Cameron, después de que el líder del gobernante Partido Conservador se apostara su reputación a mantener a Gran Bretaña en la UE. Cameron prometió el referéndum para aplacar a la derecha de su propio partido y hacer frente a un desafío de UKIP, que prometió abandonar la UE. El exalcalde de Londres Boris Johnson fue el rostro más destacado de la campaña por el Brexit, y ahora se le considera un candidato destacado a suceder a Cameron.

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Tras lograr una mayoría en el Parlamento en las pasadas elecciones, Cameron negoció un paquete de reformas que, según dijo, protegería la soberanía británica e impediría que migrantes de la UE se mudaran a territorio británico para reclamar generosas prestaciones públicas.

Sus detractores afirmaron que sus reformas estaban vacías de contenido y dejaban al país a merced de burócratas en Bruselas, sin frenar la marea de inmigrantes europeos que han llegado a Gran Bretaña desde que la UE se expandió hacia el este en 2004. La campaña a favor de abandonar la UE acusa a los inmigrantes de sobrecargar el mercado inmobiliario británico, los servicios públicos y el empleo.

Esas preocupaciones crecieron después de que más de un millón de personas de Oriente Medio y África llegaran a la UE el año pasado, ante las dificultades de los gobiernos del bloque para ofrecer una respuesta unificada.

Los esfuerzos de Cameron por conseguir un lema que plantara carta al emocional "recuperen el control" de la campaña rival, terminaron por escoger "Brits don't quit" ("Los británicos no abandonan"). Pero la evocación del espíritu férreo y el estoicismo al estilo de Churchill resultó ser demasiado poco, demasiado tarde.

El asesinato de la legisladora proeuropea Jo Cox una semana antes de las elecciones conmocionó al país y forzó una pausa en ambas campañas. El suceso parecía haber inclinado la balanza en favor del bando de la permanencia. Aunque no está claro si su asesino se vio influenciado por el debate sobre la UE, el crimen despertó el temor a que el referendo haya despertado demonios que sería difícil controlar.

El resultado deja paso a una serie de nuevas negociaciones que se espera dure dos años o más mientras Londres y Bruselas buscan una forma de separar economías que llevan entrelazadas desde que la UE se sumó al bloque el 1 de enero de 1973. Hasta que se completen esas negociaciones, Gran Bretaña seguirá siendo miembro de la UE.

Las autoridades de instituciones como el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Inglaterra advirtieron de que la salida de la UE tendría consecuencias en la economía mundial, que se está recuperando despacio de la crisis económica global.

"Introducirá un largo y posiblemente extenso periodo de grave incertidumbre económica sobre los acuerdos comerciales británicos", señaló Daniel Vernazza, economista de Gran Bretaña en UniCredit.

La UE es la mayor economía del mundo y el principal socio comercial de Gran Bretaña. Supone el 45% de las exportaciones y el 53% de las importaciones británicas. (I)