En un zapato hecho con fómix, Fernando, de 8 años, escribió: “Te extraño mucho, papito, gracias por cuidarnos”. Sus hermanos Diego, de 11, y Jarixsa, de 4, tenían tarjetas de cartulina con la frase “Feliz Día Papá”.

Elaboraron estos detalles en sus escuelas y ayer los llevaron a la tumba de su padre, quien falleció hace tres años y fue sepultado en el Cementerio General.

Como ellos, cientos de hijos llevaron detalles, flores y música a los camposantos, y refirieron que sus papás siguen vivos en sus memorias. Allí recordaron su amor y las enseñanzas.

Publicidad

El niño de 8 años evocó que su padre le repetía: “No aceptes ni compres nada al salir de la escuela; puede ser droga”.

“Por eso yo jamás compro nada”, dijo Fernando, quien utilizó una escalera para llegar a la cripta. Allí leyó las líneas que escribió, al tiempo que se secaba las lágrimas. Luego, Diego y Jarixsa colocaron sus tarjetas.

Carlos y Luis Rivera llenaron de flores la bóveda de su padre, Rafael Rivera, quien murió en el 2011 a los 85 años. Ellos coincidieron en que con su ejemplo les dio el mejor consejo: ser responsables, hombres de bien y amar a su familia. “Es lo que nos enseñó, lo que hacemos y lo que estamos transmitiendo a nuestros hijos”, expresó Carlos.

Publicidad

Narcisa Izurieta destacó que su padre, Víctor Izurieta, quien falleció hace cuatro años, le repetía que luchara por lo que quiera. Ese consejo lo tuvo presente y lo puso en práctica al ponerse un negocio de comida con el apoyo de su padre. “Él siempre estuvo ahí para mí”, comentó la joven de 26 años.

En el cementerio Ángel María Canals, en el suburbio, Alfonso Cantos colocó unas velas en la tumba de su papá, Ricardo Cantos. Y contrató a un músico para dedicarle canciones. Una fue la clásica Viejo, mi querido viejo,/ ahora ya caminas lerdo,/ como perdonando el viento,/ yo soy tu sangre, mi viejo,/ soy tu silencio y tu tiempo...”.

Publicidad

La principal enseñanza que le dejó, afirmó Alfonso, fue trabajar honradamente.

En restaurantes y parques también se celebró a los padres. Algunos “se festejaron” paseando con sus hijos. Ese fue el caso de Braulio Lapierre, quien disfrutó de una mañana en familia en el parque Forestal, en el sur. Subido en un gusanito con sus dos hijos, de 7 y 2 años, aprovechó para tomarse una selfi con los niños. “Ellos son mi bendición, estar con ellos es mi día perfecto”, comentó con alegría y orgullo.

En ese sitio, Marco Melgara paseó y jugó con sus hijos de 12 y 9 años. “Siempre les inculco que estudien y se preparen para que tengan un mejor porvenir”, expresó.(I)