Jacqueline Lage Tacuri esperaba en casa la llegada de su esposo, que trabaja como albañil, cuando pasada la medianoche del martes sintió en el vientre dolores intensos, insoportables. Esa fue la señal de que el momento de dar a luz a su sexta hija había llegado.

La mujer, de 28 años, tenía una idea relativa de su estado de gestación. La única vez que acudió al hospital Universitario por Emergencia le indicaron que tenía 32 semanas. Pero durante todo su embarazo nunca asistió a los chequeos periódicos, “por descuido”, como ella mismo lo reconoce.

Esto, pese a las campañas del Ministerio de Salud y a los programas orientados a difundir la importancia del control prenatal, entre otros aspectos.

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“Nunca me hice un control. Mi esposo sí me decía que venga, pero yo, de necia, no quería venir”, contó.

Una fuente del hospital Universitario, al que acude gran parte de la población de asentamientos consolidados del noroeste, refirió que casos como el de esta mujer son comunes.

Lage, moradora de Flor de Bastión, relató que después de sentir los dolores salió de casa en busca de ayuda. Y en lo primero que pensó fue en ir a la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) Nº 1 que queda cerca de donde ella habita con su cónyuge y los cuatro hijos de él con una primera pareja.

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Al llegar a ese sitio caminando, sintió que ya no podía más. Entró a la Unidad, y pidió auxilio al policía, a la 01:00 del miércoles. Lage recordó que después llegaron otros cuatro uniformados: “Me decían que espere, que espere. No, les dije, ya no puedo, ya no aguanto más, ya se me viene la bebé”.

Fue entonces cuando uno de los gendarmes la sacó de la UPC, la acostó en el piso sobre una sábana, por donde se estacionan las motocicletas, y empezó la improvisada labor de un parto que tuvo final feliz.

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La mujer dijo que uno de los gendarmes jaló a la niña para que no se ahogara, y luego colocó a la bebé sobre ella, protegiéndole con otra sábana.

Luego del parto, Lage fue llevada al hospital Universitario en un carro de la Policía, y allí fue atendida por el personal médico que estaba de guardia.

Kevin Dickens, gineco-obstetra del hospital, dijo que la bebé nació con un peso de 3.140 gramos y midió 50 cm.

“Sinceramente ya cogí bastante miedo”, dijo Lage cuando esperaba el alta ayer. (I)

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