“Veo que no están haciendo nada justo con mi esposo”, cuestionó Mery Laura Pilay, cónyuge del conductor J. Ch., del consorcio Metroquil del sistema Metrovía, quien producto de un percance con las puertas del bus articulado que conducía aplastó a una joven de 18 años causándole la muerte, la noche del jueves pasado.

Desde entonces el chofer está aprehendido y su esposa, así como sus compañeros del Sindicato de Choferes de Metroquil, dijeron estar inconformes con el patrocinio legal dispuesto por esa entidad, que opera la troncal Guasmo-Río Daule.

Pilay y Máximo Guaranda, secretario general del sindicato, consideran que el consorcio y la Fundación Metrovía quieren deslindar su responsabilidad en el hecho e inculpar únicamente al conductor. Por ello, desde el lunes pasado buscaron una asesoría legal externa.

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“No quieren aceptar su responsabilidad. Es una falla mecánica (la causa del suceso) y tratan de responsabilizar a mi compañero”, citó Guaranda.

El dirigente sindical contó que el viernes 10, antes de la audiencia que realizaron a su compañero, el defensor legal ya tenía un juicio de valor desfavorable al chofer.

“Nos dijo antes de la audiencia: Aquí el único culpable es el conductor, y sea lo que sea tiene que ir detenido”, mencionó.

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Pilay refirió que ese mismo día, al expresar su descontento con la labor del asesor jurídico asignado, funcionarios del consorcio les advirtieron. “Si nosotros ponemos un abogado, pues nosotros, por nuestra cuenta correría lo que es la indemnización de la familia (afectada) y los gastos de honorarios (de patrocinio)”, contó.

Sobre lo denunciado por la familia y compañeros del conductor involucrado, este Diario buscó ayer una versión de Metroquil, pero su gerente, César Carranza, no atendió las llamadas telefónicas realizadas.

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La semana pasada, al día siguiente del accidente, registrado pasando el redondel de las avenidas Domingo Comín y Pío Jaramillo, Leopoldo Falquez, gerente general de la Fundación Metrovía, sostuvo que la entidad no tiene responsabilidad en el siniestro, puesto que quienes operan las rutas son los consorcios (tres en total).

Falquez mencionó que los consorcios se encargan de dar mantenimiento a sus unidades y que la fundación supervisa que aquello se cumpla.

Indicó que los carros son chequeados antes de iniciar las rutas para dar seguridad al pasajero, y que los choferes son los llamados a alertar de alguna anomalía de los vehículos.

Guaranda enfatizó que los conductores, antes de salir a sus recorridos, hacen una inspección visual que no corresponde a la parte mecánica, ni eléctrica, ni del funcionamiento de las puertas de las unidades.

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“Lo único que nosotros estamos autorizados a revisar de los vehículos es que no tengan rayones, llantas impactadas, no más”, manifestó el dirigente.

Él adujo que el día del accidente, cuando la joven cayó al abrirse las puertas del bus, se averió una de las cañerías del sistema a presión y eléctrico.

“Eso es una falla mecánica. Y es eso que no quieren aceptar ni Fundación Metrovía ni el consorcio Metroquil, y tratan de hacerlo ver como una responsabilidad hacia el compañero conductor”, recalcó Guaranda.

Con los ojos llorosos, Pilay pidió que se haga justicia con su esposo, padre de cinco menores y su único sustento. (I)

Detalles
El Proceso

Afectados y el consorcio
Representantes del consorcio Metroquil, familiares y la defensa de la víctima se reunieron la tarde de ayer para conocer los términos de la póliza para la reparación civil por la muerte de la joven.

Pide peritaje
La defensa pidió a la Fiscalía que se haga un peritaje técnico a las puertas del bus.