Los homosexuales, principales víctimas de la matanza de Orlando, son uno de los objetivos habituales del Estado Islámico (EI), que ha matado a decenas de ellos en los territorios bajo su control en Siria e Irak.

La investigación abierta en EE.UU. deberá determinar los motivos que llevaron a Omar Mateen a matar a 49 personas en un club emblemático de la comunidad gay en Orlando.

Sin embargo, el grupo EI reivindicó ayer el ataque.

Publicidad

Desde el inicio de su implantación en Siria y en Irak, el EI ha difundido escritos y videos propagandísticos para denunciar la homosexualidad, al mismo nivel que el adulterio, la brujería y otros comportamientos a su juicio ‘desviados’.

La comunidad LGBT había sufrido violencia antes, de Harvey Milk a Matthew Shepard y una lista cada vez mayor de mujeres transgénero, pero nunca nada similar a lo sucedido en Orlando, Florida.

La matanza cambió la ecuación de forma macabra, avivó los temores en la comunidad LGBT y propició la adopción inmediata de medidas de seguridad más estrictas para diversos actos por el orgullo gay.

Publicidad

De Berlín a Sídney se organizaron ayer concentraciones de apoyo a los homosexuales para mostrar su horror después por la matanza y su determinación de no ceder al miedo.

Desde Washington hasta Moscú, pasando por Pekín, el Vaticano o la Liga Árabe, los dirigentes condenaron al unísono un “acto de terror y de odio”, según los términos del presidente Barack Obama. (I)