Durante 95 años EL UNIVERSO ha llevado a sus lectores las noticias más importantes del país y del mundo. A partir de hoy y hasta el 15 de septiembre próximo les ofreceremos los titulares y los primeros párrafos de las noticias que hicieron historia, tal como aparecieron en su día.

Hemos agregado un pequeño párrafo que ubica al lector en el contexto en que sucedieron los hechos. La lectura de las noticias también hará que el lector aprecie las diferencias de estilo y hasta de lenguaje, pero, en todo caso, el compromiso firme de ofrecerles con la mayor honestidad intelectual los hechos de distinta índole que marcaron la historia. 

14 de octubre de 1921

Eloy Alfaro Delgado, líder de la revolución liberal, fue presidente de la República de Ecuador dos veces y sus logros cambiaron el país.

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Cuestionó a sus coidearios que lo sucedieron y fue desterrado a Panamá, volvió llamado por sus seguidores, pero fue encarcelado en Quito. El 28 de enero de 1912, un tumulto entró a la cárcel; lincharon a los liberales, incluido Alfaro, y arrastraron sus cuerpos por las calles. Al llegar al Ejido, los incineraron.

Sus restos se enterraron en un cementerio público de Quito y en su partida de defunción se anotó como causa de su muerte, que lo mató el pueblo.

Alfaro había manifestado alguna vez que quería que sus restos se conservaran en Guayaquil, lo que se cumplió el 14 de octubre de 1921. (I)

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General don Eloy Alfaro
(EL UNIVERSO, octubre 14, 1921)

"Llegará hoy a esta ciudad la urna funeraria que guarda los últimos despojos de quien en un tiempo tuvo en sus manos los destinos del Ecuador; tronchada su vida en el instante en que, alejado ya del Poder, y en días de dolorosos recuerdos para el país, volviera del ostracismo. La calma que sucede a las tempestades políticas ha dado margen para que los pueblos que fueron testigos de sus empresas, de sus triunfos y derrotas, de sus glorias y sus penas, de sus apoteosis y tragedias; de la triste y final escena que le costara la vida, rindan homenaje a su memoria, recuerden únicamente sus méritos y en aras del sacrificio que llevó el cadáver de ese ex mandatario de la República a la pira levantada en el Egido de la Capital, den tregua a las exaltaciones partidaristas o patrióticas y olviden piadosamente sus errores de gobernante ´para borrar con la oficialidad del acto y el afecto se sus partidarios y conmilitones, la mancha que causara el furor impremeditado de las turbas en aciagos momentos.

Las multitudes no reflexionan, y la inestabilidad es lo innato en las afecciones que emanan de la muchedumbre. Al Calvario del año 1912 sucede el desagravio que presenciamos; y aunque éste no redime el fallo de la Historia que escucharán la posteridad, es siempre plausible que borremos la afrenta que enloquecidas multitudes echaron sobre la Patria, en un instante de dolorosa aberración.

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Sinceramente afectados al reflexionar sobre las glorias humanas nos descubriremos reverentes al paso de los despojos carbonizados de un hombre que ha pasado los umbrales de la Historia, y al que ella y sólo ella puede juzgarlo serenamente, sin las pasiones del momento."