Retornar de Quito a Cuenca fue para Inés N., de 65 años, una aventura. Ella viaja a la capital cada mes porque se realiza un tratamiento médico en una casa de salud particular, debido a una enfermedad catastrófica que padece desde hace más de una década.

A las 13:00, del pasado 2 de junio, salió el vuelo de Tame desde Quito, luego de aproximadamente 40 minutos llegó a cielo cuencano, sobrevoló, pero no pudo aterrizar. Por altoparlante la tripulación informó que la pista del aeropuerto cuencano estaba mojada y no se podía aterrizar. Por ello la aeronave se desvió a Guayaquil.

En el aeropuerto de esta ciudad esperaron que les permitan volver a Cuenca, pero esto no ocurrió y a las 17:00 los pasajeros de ese vuelo fueron llevados a un bus para continuar el viaje por vía terrestre. El arribo a Cuenca finalmente fue a las 20:30, aproximadamente.

Publicidad

“Nos trataron muy bien, fueron muy amables las personas de la aerolínea, pero al pagar un vuelo se trata de ahorrar tiempo y prácticamente llegamos casi 8 horas más tarde de lo previsto, casi igual que si hubiésemos viajado en bus”, expresó la pasajera.

El caso de Inés N. es uno de los varios que se registran desde el 28 de abril. Ese día un avión de la compañía Tame perdió pista y quedó fuera de la misma al tratar de aterrizar.

En esa ocasión la pista estaba mojada, pero se desconoce si esa fue la causa del accidente.

Publicidad

La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) comunicó el jueves pasado que la Junta Investigadora de Accidentes (JIA) aún se encuentra en el proceso de investigación del suceso de la aeronave.

Restricciones por pista

Mientras, hay restricciones para que aeronaves grandes ingresen al aeropuerto Mariscal La Mar cuando la pista esté mojada. Solo las pequeñas con velocidades de aproximación 160 km por hora podrán hacerlo, según un resumen del informe que consiguió el concejal Christian Zamora, delegado por el alcalde para realizar seguimiento de este tema.

Publicidad

El documento se lo presentó al concejal Zamora y a otros tres ediles designados para su seguimiento. Según Zamora, el informe se basa en un análisis que la DGAC realizó al asfalto de la pista.

Ese estudio se realizó entre octubre de 2015 y abril de 2016, hasta unos días antes del accidente. El gobernador de Azuay, Juan Cristóbal Lloret, dijo que de acuerdo con ese informe la pista presentaba desgaste, con relación a varias obras denominadas de “rejuvenecimiento”, en febrero del año anterior.

Zamora señaló que, pese a ese desgaste, la pista estaba en los rangos normales en cuanto a niveles de fricción que provoca el contacto de las ruedas de los aviones con el asfalto.

No obstante, una sugerencia del MTOP fue que se levante parte del asfaltado actual, por lo menos a lo largo de 1.000 m, de los 1.900 m de largo de la pista, justo en la zona del tren de aterrizaje y despegue.

Publicidad

Por ello, la semana pasada se hicieron estudios topográficos para ubicar los espacios en donde se acumula el agua de lluvia y cuál es el estado de las zonas de drenaje para que la Corporación Aeroportuaria de Cuenca (Corpac) ejecute acciones.

También, el alcalde designó a Zamora, Carolina Martínez y Xavier Barrera, concejales, para analizar la propuesta de ampliar la pista de aterrizaje en la cabecera sur, en 80 m con una plataforma de amortiguamiento y seguridad. (I)

Datos
La Junta Investigadora de Accidentes (JIA) recopila datos de todo lo relacionado con el accidente de Tame, del 28 de abril, pasado para realizar un informe que ayude a esclarecer los hechos.

Análisis
Técnicos de la JIA están en Brasil con la caja negra, para realizar un primer análisis en el Centro de Investigación y Prevención de Accidentes.