“¡Queremos trabajo!”. Juan Carlos Solórzano, de 26 años, tiene esa expectativa por la construcción del Puerto de Aguas Profundas de Posorja. Él opera una lancha, desde hace seis años, en la zona donde se proyecta la nueva terminal.

La adjudicación se firma hoy en Quito, entre el Gobierno y DP World de Dubái, a pesar de los reclamos interpuestos ante la Superintendencia de Control del Poder de Mercado por Contecon, la administradora del puerto de Guayaquil, que denunció supuestas conductas desleales dentro del proceso de concesión.

Ajeno a quién construirá el puerto, las cuestiones legales y de trámites le interesan poco a Solórzano. Está seguro de que las obras generarán empleo para habitantes de la parroquia, pues en noviembre pasado, cuando llegaron expertos del exterior a realizar los estudios en la zona de la construcción, conocida como Las Piscinas, él y dos compañeros más fueron contratados para realizar viajes al sitio.

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“Ellos iban y venían con sus planos y conversaban de cómo iba a quedar el puerto. Sé que va a sobresalir al mar por muchos cientos de metros”, menciona el lanchero, quien espera conseguir más trabajo con las obras de construcción.

Pero lamenta que la comunidad deberá “sacrificar” parte de sus labores a cambio del progreso. Se refiere a un grupo de pescadores artesanales que usa parte de esta zona para pescar camarón y actividades turísticas de avistamiento de delfines que solo se aprecia en un sector donde está previsto el nuevo puerto. “Todo eso se va, ya no habría más con la construcción del puerto”, señala mientras recorre con su lancha la zona, y a pocos metros se observan delfines y cercas rústicas que los pescadores colocaron para marcar su perímetro.

El presidente del gobierno parroquial rural de Posorja, Jorge Banchón, también espera con gran expectativa las obras, aunque indica que no ha recibido la visita de los inversionistas: “No nos olvidemos que aquí hay un gobierno autónomo y queremos saber cuál será el aporte social que la empresa brindará a la parroquia”.

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Espera que al menos cada hogar de Posorja, de unos 25 mil habitantes, logre una plaza de trabajo en las obras.

“No solo es la edificación del puerto, también es la construcción de una nueva carretera Playas-Posorja vía puerto El Morro, que puede conectarse con la vía donde va a ser el aeropuerto del Daular”, proyecta Banchón, quien además cuenta el nuevo canal de acceso al puerto que deberá hacerse.

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Todos los gremios, como el de soldadores, de comedores, pescadores y otros –dice– están atentos al inicio de los trabajos. Y también se espera la llegada de inversionistas locales. “Aquí no tenemos gasolinera, hay una que no abastece, no hay centros comerciales, necesitamos muchas cosas que no tenemos, pese a ser un puerto pesquero estratégico”, comenta Banchón.

El conseguir empleo en el puerto no es deseo exclusivo de los residentes de Posorja; a los alrededores, en comunas como en Data, también quieren una paga segura al menos hasta el 2019 cuando se prevé terminar la construcción.

Viviana Quinde lleva cuatro años trabajando con su hermano en Playa Varadero, a cinco kilómetros de Posorja. Atienden uno de los restaurantes y asegura que están pendientes de las noticias del puerto.

“En mi familia hay varios como mi hermano y tal vez yo que quisiéramos trabajar allá, cuando se abran los empleos”, comenta mientras sirve los almuerzos de $ 4 a los turistas que llegan al lugar. (I)

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Situación
Parroquia

Servicios y comercios
Hidroplayas puso el 70% del alcantarillado; en agosto este y el agua potable lo asumirá Interagua. Hay un mercado, 100 comedores y 850 locales comerciales.