El sonido del motor arrancó el primer grito de emoción. Curiosos se asomaban por las ventanas del avión Caza 1031 para despedirse de sus padres. Ya en las alturas, las exclamaciones se repitieron cuando veían de cerca las nubes y de lejos las diminutas casas y el intenso azul del mar.

Los pasajeros de este vuelo, el primero de seis, que partió a las 11:42 de la pista del ala de combate Nº 23 de Manta, eran 69 menores que llegaron con un grupo de 500 niños y adolescentes de los albergues Esteros, de Manta, y Coalisa, de Jaramijó, donde permanecen las familias damnificadas por el terremoto del pasado 16 de abril que afectó gravemente a Manabí y Esmeraldas.

Los sobrevuelos del programa Alas para la Alegría fueron parte del agasajo que organizó la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), en Manta y Portoviejo, con motivo del Día del Niño que se celebra hoy.

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Los hermanos Carlos Andrés, de 7 años, y Andy, de 5, bajaron emocionados del avión. En la explanada de la base los esperaba su padre, Víctor Macías, a quien abrazaron y contaron casi al mismo tiempo lo mucho que habían disfrutado del paseo en el aire.

Para ellos era la primera vez que subían a una nave y volaban. “Me gustó el paseo... quiero otra vez”, repetía insistentemente el pequeño Andy.

Jean Piere, de 13 años, aprovechó los casi 15 minutos del vuelo para captar con su celular imágenes de Manta. A su lado estaba Tanya, de 7, con quien se tomó varias selfis.

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La pequeña con un movimiento de cabeza señaló que no había sentido miedo.

Mientras se hacían los sobrevuelos, en la base los menores disfrutaban de presentaciones artísticas, entre ellas, las destrezas de los perros del Centro de Entrenamiento Canino del Ejército Ecuatoriano.

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En el evento también hubo la participación del Ejército y la Marina.

Otra de las actividades que desarrolló la FAE fue en el refugio Playita Mía, de Manta, donde distribuyeron un refrigerio a los menores y también recogieron cartas que serían enviadas a los alumnos de la Unidad Educativa Edmundo Carmody de Durán.

Eran cartas con frases de agradecimiento por las misivas que recibieron la semana pasada de parte de estos estudiantes que tuvieron la iniciativa de enviar mensajes de aliento para estas familias afectadas por el terremoto.

Nicole, de 8 años, y María, de 13, escribieron, cada una, cartas utilizando marcadores de colores y témpera.

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“Le agradecí por el mensaje que nos enviaron de que debemos tener fuerzas para seguir adelante”, dijo María, quien estampó su mano pintada con los colores de la bandera del Ecuador en la carta.

Ricardo Zamora comentó que al leer la carta que recibió de un estudiante le provocó emoción. Manuel Castillo dijo haber sentido lo mismo. “Fue un detalle muy bonito, me llegó al corazón y me dio esa fuerza para poder siempre seguir adelante”, agregó. (I)

Agasajo
Damnificados

Diversión
En el evento realizado en la base naval de Manta también hubo exhibición de aviones, caritas pintadas y el acompañamiento musical de la Banda Azul de la FAE y la Banda Blanca de la Armada.

Padres de familia
Los padres también disfrutaron del sobrevuelo y se mostraron agradecidos por este agasajo en medio de la tragedia. Los niños de los refugios también acudieron con sus padres al evento que duró hasta las 15:00.